ria para siempre. La lluvia golpeaba la ventana, cada gota un eco del frío que sentía por dentro. En la televisión, u
a. Mi
sus ojos llenos de lágrimas de cocodrilo. Sostenía
de las escaleras de la academia justo el d
mirada perdida, su rostro una máscara de dolor
tido, el que mi abuela me había inspirado en sueños. Luego, usó las conexiones de su padre para acu
stino donde intentaba empezar de cero, un incendio "accidental" me quitó la vid
a brillar en la distancia, una luz cálida y familiar. El amuleto de mi abuela, el
, un tirón
os de golpe
traba por la ventana, iluminando el polvo que flotaba
n cicatrices de quemaduras.
a mesita de noche. L
fec
o. El día en que todo
nda opor
fría y calculadora. Recordé cada detalle de mi vida anterior: cada palabra de desprecio
or, la humilla
íctima. Esta vez, yo escribi
didos. Me vestí con rapidez. No había tiempo que perder.
estab
con bordados que contaban la historia de mi familia, un diseño que era mi alma entera pue
ba en su rostro. La misma sonris
, la confronté en privado, le di la
sta
nando en el suelo de madera. No dije
ido no te
más profunda, más dur
ideció al verme. La sonrisa se desvaneció, reem
e. Solo estaba... admirando
e, como un depredador acechando a su presa. "Estabas roban
dida por mi última palabra.
la voz, asegurándome de que cualquiera
adro
nó en la sala,
ntentando robar mi diseño para
Otros estudiantes y algunos profesores comenzaron
enario. Y yo er
, su voz temblando. "¡Yo nunca harí
dora. Exijo que el director de la academia venga ahora mismo y revise las cámaras de
n palabras. Estaba atrapada. El pánico en sus ojos era
ero esta vez, la protagonista