l viaje fue un parpadeo, un tirón violento que me arrancó de la realidad que conocía y me escupió en un lugar que desafiaba toda lógi
que no era humana. Era hermoso, pero era una belleza fría, estéril, sin el calor y el desorden de la vida que yo conocía. Me asignaron unos aposentos sencillos en el ala de los sirvientes d
volcada en Armando, quien se recuperaba de su "crisis" en sus aposentos, atendido y mimado. Yo era un recordatorio viviente de su fracaso, de la masacre que había permitido, y era más fácil para ella ig
dad. Pero mi poder, el "regalo" de Sofía, era inútil aquí. Era como intentar abrir una caja fuerte con un palillo de dientes. Los Guardianes habían
n apenas disimulado. Para ellos, yo era una curiosidad, el "mortal de la Señora". Me m
No parece
on él durante décadas.
vuelto loco en nuestro mundo.
, no estaba aquí. Había sido reasignado a un puesto lejano después del incidente en Tepito, probablemente para evitar que me ayudara. Estaba completamente solo, un fantasma en un paraíso ajeno, atormentado por los rostros