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No rompas el contrato

No rompas el contrato

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Harry Adams, es un joven millonario huérfano, que se ha sumido en la soledad de su mansión desde que sus padres fallecieron, por lo trágica que fue la muerte de estos, padece un trastorno de depresión, así que vive alejado de absolutamente todo el mundo exterior, volviéndose un hombre huraño e insensible, pero que en el fondo necesita amor. En el testamento de sus padres, para que su familia pueda entregarle una gran herencia, dejan como condición que se debe casar antes de los 30 años, o de lo contrario perdería toda su fortuna y esta seria donada a una fundación. Pero él no se ha preocupado por hacer algo al respecto, quien si lo ha hecho es Ernest Samuelson, su fiel amigo y cuidador desde que sus padres murieron, así que le propone a Harry conseguir una esposa por contrato para no perder su herencia, y aunque sonaba descabellado era una buena opción para no quedarse en la calle. Ernest en su búsqueda de la mujer ideal, solamente puede encontrar a Diane Sáenz, hija de su mejor amigo, una humilde chica, que lleva un desorden de vida inimaginable, su padre acepta el contrato sin considerar la opinión de ella, ya que están a punto de perder su casa. Para Diane este drástico cambio en su vida la vuelve más rebelde y osada, la idea de dejar a su actual novio para casarse con un millonario que no conoce, la hace tomar la peor de las decisiones, así que en compañía de su actual pareja deciden formar un macabro plan para asesinar a Harry, pero con el paso del tiempo, esos sentimientos de odio se convierten en amor, dándole así un vuelco a la historia, pues ella deberá demostrarle a Harry su amor desinteresado para que no rompa el contrato de matrimonio.

Capítulo 1 Diane- Harry

Diane- Harry

Los gemidos de Diane inundan su habitación, lleva dos horas encerrada con su novio, Joshua Reynolds. Mientras que su padre trabaja horas extra para pagar la hipoteca de su casa, ella aprovecha la soledad de su lecho para tener intimidad con su novio.

- ¡Oh! ¡Oh!, así mi amor, sigue así, eres todo lo que una mujer quisiera tener ¡oh! ¡oh! ¡por favor, no dejes de hacerlo! –

Joshua la agarra del cabello mientras le besa el cuello, sus respiraciones están entrecortadas, él la tiene por la espalda, y Diane está gritando de placer, ella pensaba que para ser feliz lo único importante que necesitaba en la vida, era la pasión que su novio le daba.

Ambos están a punto de llegar al orgasmo… cuando la puerta de la habitación se abre de repente.

- ¡Pero ¿Qué está pasando aquí?!, ¡mi Dios!, vístete, Diane, ¡maldita sea! ¿cuándo vas a entender que esta casa no es un hotel?, y tu desgraciado, lárgate ya de aquí Joshua no quiero ni verte- Henry Sáenz, el papá de Diane habia llegado temprano del trabajo, y no era la primera vez que encontraba a su hija en una dantesca escena con su novio.

Diane se enfurece de inmediato, sus mejillas se sonrojan, y con todo el lívido expuesto, se pone una camiseta para cubrir su desnudez.

- ¿Cuándo será el maldito día que tu entiendas que debes golpear primero antes de entrar a mi cuarto? Papá, esta también es mi casa, no soporto que sigas haciendo lo mismo, quiero que me dejes en paz con Joshua- ella decía esto, mientras su novio se burlaba de la situación.

Diane y Joshua llevaban tres años de relación, en los cuales solamente se habían dedicado a beber y a ir a fiestas, ella habia sido criada solamente por su padre, pues su madre falleció cuando tenía solamente tres años, dejando un vacío que su padre, ni siquiera haciendo el mayor de los esfuerzos pudo llenar, a medida que ella iba creciendo se fue criando más sola, tomando las peores decisiones y encontrando refugio en personas como Joshua, un pandillero de su barrio, que la hacía creer que era bueno con ella, porque la defendía de otros hombres iguales a él, y de vez en cuando la invitaba a comer una hamburguesa, pero en realidad, él la estaba consumiendo en un abismo de fiestas y alcohol, de donde sería muy difícil salir.

-Ya vete mi amor, nos veremos mañana, ahora viene la cantaleta de mi papá y no quiero que la escuches- Diane le da un apasionado beso a Joshua, este sale por la ventana, como si se tratara de un delincuente, ambos actuaban como un par de adolescentes, sabiendo que ya eran unos adultos jóvenes, haciendo que el padre de Diane se llenara de ira, pues no sabía como controlarla.

Ella baja hacia la sala en donde está su padre sentado frente al televisor, él estaba deprimido, toda su vida lo habia estado y ella no lo consideraba ni un poco y mucho menos tenía una sola muestra de afecto con él, además de que era desobediente y desinteresada.

-Mira papá, nunca vuelvas a entrar a mi cuarto de esa manera, te lo prohíbo, esta también es mi casa, y tú no tienes ningún derecho de invadir mi privacidad con mi novio. – ella se para frente a él, y con más rebeldía que nunca prende un cigarrillo, solo para acabar de molestar a su padre.

- ¿Ah sí? ¿tu casa?, ya tienes 24 años, eres una mujer hecha y derecha ¿Qué te impide trabajar o hacer algo por ti? Estoy cansado de tener que mantenerte mientras que tu solamente te la pasas de ociosa con ese mal tipo que te has conseguido- Henry le habla con dolor, se sentía culpable por la crianza que habia tenido su hija, y todo estaba fuera de control, ella jamás le obedecía, además de que tampoco hacia nada, era grosera y desconsiderada.

-¿Estas echándome en cara la poca comida que me das?, porque en esta casa no comemos nunca un plato decente, todos los días tenemos que comer lo mismo. – ella lo mira dándole una bocanada a su cigarrillo

-Si quieres comer mejor, pues debes trabajar como lo hace todo el mundo, ¡Hay tengo otra noticia! Muy posiblemente no te va a gustar-Henry se levanta de la silla y sale directo a la cocina se sirve una taza de café y ella sale detrás

- ¿Qué noticia? ¿te han despedido? ¡Eres un vago papá! - ella arroja el cigarrillo y lo pisa, luego pone sus manos en la cintura juzgando a su padre, ella no tenía ni idea de lo que él pobre estaba sufriendo.

Él la mira de repente y con todo el dolor que las palabras de su hija le provocan, le pone una bofetada, haciendo que su cara se voltee de inmediato, ella se pone su mano en la mejilla, y lo mira con odio, él jamás la habia golpeado, siempre habia dejado que hiciera lo que quisiera, pero ese día, estaba demasiado afectado y no iba a permitir un acto más de rebeldía.

- ¡Te odio papá! ¿Cómo te atreves a golpearme de esa manera? ¡Te odioo! - Diane salió corriendo gritando por la casa, hasta llegar a su habitación, comienza a alistar unas maletas de manera improvisada, estaba segura que lo que quería en ese momento era irse del seno de su padre, ya no aguantaba más la pobreza y las pocas cosas que su padre le daba y mucho menos aguantaba que él la hubiera golpeado.

Mientras que al otro lado de la ciudad, en donde las casas tienen hermosos jardines frontales y grandes piscinas en la parte de atrás, está la mansión de los Adams, una familia adinerada y reconocida por sus negocios de importaciones en el lugar, pero que por desgracia de ellos, solamente quedaba un miembro, Harry Adams, el soltero más cotizado de la ciudad, pero el hombre más deprimido de todo el mundo, hacia 4 años habia perdido a su familia en un accidente de tránsito, nunca pudo superar verlos morir, pues él era quien conducía, y en un micro sueño por cansancio, perdió el control del automóvil terminando en un abismo, siendo él , el único sobreviviente, esto lo habia marcado para siempre, llevaba 4 años encerrado en su casa, no habia salido tan solo un día.

Trabajaba desde su lujosa mansión, a pesar de ser un empresario exitoso, y perseguido por muchas mujeres prefería estar soltero. Pues no habia nadie que llenar ese vacío emocional que tenía en su corazón.

-Joven Harry, sé que no le gusta hablar de estos temas, pero es importante que me escuche, ya se acerca su cumpleaños número 29, y usted no ha querido hacer caso al testamento de sus padres, debemos hablar- Ernest, su amigo y cuidador desde que era un niño, más que su mayor domo, era su mano derecha, siempre habia estado pendiente de todo en sus negocios, y más desde la muerte de su familia, pues él nunca había podido superar tan duro golpe, y menos cuando fue diagnosticado como depresivo.

-Ernest, no me gusta hablar del tema, porque es sencillo, no me voy a casar antes de los 30 años, si me tengo que ir a vivir debajo de un puente, pues lo hago ¿crees que ahora me importe algo? ,Harry tiene una copa de vino en su mano, está sentado mirando a la ventana que esta frente al jardín, él toma su bastón y se pone de pie, Harry no habia salido totalmente ileso del accidente, habia perdido una pierna, tenía una prótesis especial que completaba su extremidad.

-Señor, no diga eso, usted también ha trabajado por su fortuna, estoy más que seguro que si sus padres hubieran podido cambiar el testamento antes de fallecer, usted hubiera podido decidir por sí solo, pero legalmente, la otra parte de la familia de sus padres quiere hacer valida la entrega de su herencia como dice el testamento. Usted debe casarse antes de los 30 años, además usted señor, es uno de los solteros más cotizados de la ciudad, pienso yo que debería darse una oportunidad.

Harry arroja la copa de vino contra el piso lleno de furia, a pesar de que estimaba a Ernest por su amor y compañía, él era un hombre huraño que no escuchaba razones y estaba en contra de todo lo que le decían.

-Mira, te agradezco todo lo que quieres hacer por mí, pero a mí el sucio dinero no me importa, además de que soy el soltero más cotizado de la ciudad es una mentira aberrante, todas se quieren casar conmigo por físico interés, me quitaran mi fortuna al separarse de mi ¿crees que va a haber una mujer en el mundo que me ame sin una pierna? ¿en qué planetas vives por favor?

-Señor, está equivocado, usted es un excelente ser humano, además usted es un hombre muy guapo y adinerado, supongo que cualquier mujer quisiera vivir con usted ,Ernest lo mira con admiración, sabia las capacidades de su jefe, y todo lo fuerte que haba sido a pesar de que aparentara lo contrario.

-Me lo dices porque eres mi amigo, Harry se acerca al gran espejo que tenía en su sala y se mira, es un hombre demasiado guapo, su cabello negro y rizado está perfectamente cuidado, su cara está formada por una barbilla fina, sus ojos verdes hacen juego con el tono pálido de su piel, y los últimos años de rehabilitación en el gimnasio habia hecho que sus músculos resaltaran sobre su ropa, pero Harry odiaba el hecho de no tener una pierna y de no tener a su familia, habían cosas que el dinero no podía comprar, hubiera dado todo en el mundo por volver a tener a sus padres.

-no se lo digo porque soy su amigo, se lo digo porque es verdad, entienda señor que debe asumir un matrimonio para no perder el dinero de su familia que tanto les ha costado conseguir, usted se quedaría con una parte muy pequeña, y aunque el dinero se iría para una justa causa, usted ya está aportando a esta señor.

- ¿Ah sí? ¿y que propones Ernest? ¿Qué haga lo que hacen muchos para poder heredar?, ¿una esposa por contrato? buscamos a una chica humilde le damos una buena suma de dinero y me caso con ella, despues de 2 años que es lo mínimo de matrimonio nos separamos y todos felices, eso es lo que creo que me estas insinuando.

-Pues señor, no lo habia querido decir de esa manera, pero no le veo otra opción, usted no puede quedarse sin nada, eso implicaría que todos sus empleados se irían, nos iríamos a la calle, usted sabe cuántos dependemos de usted, señor debería revisar la posibilidad.

- ¡Ernest! ¿tú crees que la familia de mis padres es idiota? Que de un día para otro me voy a casar, sin ni siquiera haber tenido un noviazgo previo, sin haberles presentado una mujer. -Harry sonríe irónico, le parecía descabellado lo que Ernest le proponía.

-Claro que no señor. Pero podemos ver qué posibilidad tendríamos, solo no se niegue a que pase, le queda tan solo un año para heredar totalmente señor, el contrato podría ser por tan solo dos años.

¡Estas loco de verdad!, que manera tan incorrecta de hacer las cosas, además a mi si me gustaría una mujer que se enamorara de mí, por tal cual como soy, no por un contrato, Harry sale cojeando hacia su habitación, pero su lacayo sigue insistente.

Mire señor, nos queda poco tiempo para planearlo todo, yo me encargo de buscar las candidatas, pero por favor usted necesita no solo heredar sino también compañía, usted está demasiado solo, y- Harry lo interrumpe

Yo no necesito comprar una compañera sentimental, pero si eso lo hace feliz y no tiene en que más perder el tiempo, busque las candidatas.

Eso fue como si a Ernest un semáforo se le hubiera puesto en verde, estaba convencido que un posible matrimonio por contrato arreglaría la vida de su jefe, no solo para que no perdiera su herencia, sino porque también necesitaba un poco de amor, y no lo iba a conseguir estando encerrado en esa gran mansión, así que, si él no buscaba a las mujeres, ellas deberían buscarlo a él.

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