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Sí, acepto el contrato.

Sí, acepto el contrato.

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Contenido

Esta es la historia de Grace Henderson, una chica de 24 años que ha viajado hasta la ciudad de Paris para trabajar como la secretaria de uno de los más grandes vinicultores, el señor Nicholas Brown, quien es un hombre estricto, responsable y muy profesional, a quien la vida lo somete a pasar por una terrible enfermedad que lo obliga a dejar sus negocios en mano de su hijo Jackson Brown, este es un hombre de 32 años, el mayor de tres hermanos; es complicado, perfeccionista, arrogante y difícil de tratar, para él ser un líder no es un inconveniente, pero trabajar solo es su mejor opción, lo que hace difícil para Grace cumplir su trabajo como su secretaria, pero la vida les da un giro inesperado a los dos cuando Nicholas muere por lo avanzada que está su enfermedad y en medio del dolor, la pérdida de un ser querido y demás conmociones inesperadas, salen a flote verdades del negocio de su padre, pues lo que Jackson no sabía es que Nicholas tenía muchas deudas y estaba a punto de perder sus bienes a causa de malos negocios, por esta razón el hijo mayor de los Brown considera sacar de su manga la única opción que lo puede salvar, su abuelo paterno y aún más poderoso el señor Gregory Brown, quien se ofrece a darle a su nieto todo el dinero que necesita y mucho más, única y exclusivamente si este contrae matrimonio, pues para su abuelo la familia, los hijos y la estabilidad del hogar son más importantes que el dinero mismo, ahora Jackson empieza una nueva aventura en la que debe conseguir una esposa, entre las opciones que tiene ninguna cumple el mejor papel, así que Grace, su secretaria, termina como la única candidata; estas dos personas comienzan una nueva historia bajo muchas clausulas, empiezan una nueva historia de amor y un nuevo negocio en el que solo deben decir si, si acepto el contrato.

Capítulo 1 Entrevista

Narra Grace

- Hola, buen día, mi nombre es Grace Henderson, tengo veintidós años y soy de Los Ángeles California, he venido a Londres hace más de cuatro meses para cumplir muchos de mis sueños, vivo aquí sola y la verdad esta nueva ciudad ha sido un reto maravilloso para mí. – menciono controlando los nervios que me carcomen por dentro, este discurso improvisado no es nada de lo que tenía en mente para la entrevista que estoy haciendo, me he postulado para uno de los cargos que mejor me vendría, secretaria de Nicholas Brown.

- ¿Y tus padres? – pregunta el hombre más joven que está en la mesa de entrevistadores

- Mis padres están en los Ángeles, bueno, mis dos hermanas y mi madre – digo con una sonrisilla que he congelado en mi rostro

- ¿Por qué estás aquí sola? – se escucha decir de una bocina que me ha sorprendido un poco, miro a un extremo de la parte superior del techo y allí está el pequeño cajoncito parlanchín

- Oh, bueno, mi madre recientemente se ha recuperado de una Leucemia Mieloide Aguda, así que no puede exponerse mucho en estos momentos así que mis hermanas están en casa cuidando de ella.

- ¿Podrías entregarme tu currículo? – cuestiona una mujer sentada en la mesa de entrevistadores, en total son cuatro los que están evaluando.

Yo me acerco con pasos firmes y a la vez temblosos hasta la mesa y entrego la carpeta de papeles a la mujer, ella es la primera en revisar y luego les pasa la información a los demás.

- Sabes que hay casi cincuenta mujeres allá afuera esperando ocupar el mismo cargo que tú quieres, ¿verdad? – menciona la mujer reparando una de las hojas que estaba dentro de la carpeta

- Si, lo sé – respondo mirando lo que hace

- También debiste saber cuándo te postulaste que las posibilidades podrían ser mínimas, sin embargo estas aquí, es porque sientes que tienes algo diferente a todas las demás chicas que esperan allá afuera, cuéntame, ¿Qué es eso que te hace especial? ¿Qué es eso que quieres encontrar en Brown Wine? ¿Qué esperas aportar a Brown Wine? ¿Qué te hace diferente al resto de postuladas? – pregunta ella con tono serio y sin expresar ningún tipo de empatía, quizás quiera ponerme bajo presión con tantas preguntas al tiempo

- Pues, primero que todo si he decidido venir aquí, es porque estoy muy segura de mis capacidades, me considero una mujer inteligente, responsable, disciplinada y apasionada por lo que hago; pero ahora, si usted escucha mis palabras quizás sean las mismas que todas las chicas que esperan afuera digan cuando estén aquí paradas y es porque todas tenemos potencial, no sé cuánto llevan esas mujeres buscando un empleo como este, quizás mucho o poco tiempo, así que creo que no hay muchas cosas diferentes entre cada una de nosotras, la diferencia se marcaria es en lo que ustedes decidan, pues la vida de alguna de nosotras puede cambiar para bien solo si ustedes deciden darnos la oportunidad de entrar a su compañía, así que eso es lo que espero encontrar en Brown Wine es una oportunidad de poder demostrar con hechos las cualidades que antes les he mencionado.

- Me gusta la realidad con la que afirmas cada palabra, pero siento que tus razones para estar en Brown Wine son mucho más profundas – dice el hombre en la bocina

- Si, la verdad tengo más razones, razones por las cuales necesito este empleo, soy consciente que no tendré muchas oportunidades laborales como esta por lo que quiero aprovecharla al máximo, no para cambiar mi vida sino la de las personas más importantes para mí, he venido a Londres con los ahorros de mi madre, ella y mis hermanas confían en mi potencial y en que puedo salir adelante, si yo estoy bien, ellas también estarán bien; y esa es mi razón principal para estar aquí.

- Okey, gracias, nos quedaremos con tu currículo, escucharemos a las otras chicas y al final haremos la selección, muchas gracias Grace

Salgo del aula donde me hacen la entrevista y regreso con las demás que al igual que yo parecen ansiosas.

Unas horas más tarde la mujer que está en la mesa de entrevistadores sale, lleva en la mano los currículos y los devuelve a todas menos a mí.

- Bien señoritas, antes que nada queremos agradecerles en nombre de Brown Wine por su paciencia y por venir aquí, el señor Nicholas se siente complacido de poder verlas y escucharlas el día de hoy

Más de una frunce su ceño, yo también me bloqueo un poco por no comprender pero luego recuerdo al hombre de la bocina, sin duda era el señor Brown.

- Como saben, este es un filtro bastante exigente y que solo una de ustedes puede quedarse con el cargo; así que si no es más quiero darle la bienvenida a la compañía Brown Wine a la señorita Grace Henderson.

¡¿Qué?! ¿Grace? ¿Ha dicho mi nombre? ¡Sí, soy yo!

Me pongo de pie y algunas aplauden, otras hacen mala cara y se van del lugar.

- Bienvenida Grace, es para nosotros un gusto que hagas parte de nuestro equipo, el señor Nicholas vendrá en unos minutos, así que toma asiento y espera. Las demás muchas gracias por venir, feliz día.

Me quedo en una sala llena de muchas sillas en completa soledad, hasta que un joven aparece y me pide que lo siga, me guía hasta un ascensor, presiona el ultimo botón y este sube con rapidez, es lujoso todo, hasta los botones se ven de calidad.

- Venga señorita – me indica el hombre al abrirse las puertas de par en par, seguimos caminando y llegamos a una enorme puerta que parece la entrada a una suite, el chico toca un par de veces y alguien habla desde el interior

- Adelante – es la voz de la bocina

- Siga señorita, al salir puede regresar por el mismo lugar que le he mostrado – el joven siendo muy amable sonríe y se va dejándome para en el marco de la enorme puerta, empujo con cuidado para poder ver algo o alguien.

- Pasa – escucho desde el interior, así que abro la puerta por completo y veo al señor Gregory mirando la vista que tiene desde sus ventanales de cristal.

- Gracias por invitarme a pasar, que bonita vista tiene – digo tragando el seco toda la saliva acumulada en mi boca, estoy muriendo de los nervios en este preciso momento

- Acércate, desde donde yo estoy se aprecia mejor – menciona el hombre con sus brazos cruzados en su espalda y mirando hacia el cielo como si estuviera en una especie de viaje ancestral

Una leve desconfianza me inunda el pecho, ¿será que el hombre tiene malas mañas con las chicas que trabajan para él? Vamos, no lo conozco y hoy día se ven muchas cosas, ¿se intentará propasar? Doy varios pasos más y al pasar por su escritorio tomo un bolígrafo, solo lo tendré en mis manos por si acaso, lo que no fue necesario, porque es un hombre admirable; solo tuve una mala primera impresión.

Actualmente llevo dos años en este lugar, en este periodo me he superado como profesional, he llegado a desarrollar habilidades de todo tipo porque en mi función como secretaria de un hombre importante y dueño de unas de las industrias vinícolas más grandes de Londres te lleva a que aprendas de todo un poco, eso me propuse, quería ser buena en mi trabajo y demostrarles que no se equivocaron en seleccionarme para este cargo, he cumplido al máximo mi función que me he convertido en la mano derecha del señor Nicholas, llevo casi que su vida laboral organizada de la manera más estructurada posible, muchas veces me ha manifestado lo bien que le ha venido mi apoyo.

En cuanto a las cosas en mi casa, mi madre ya está mucho mejor, mis hermanas están por terminar la preparatoria y eso me hace feliz; mi madre como una forma de aliviar mis responsabilidades económicas ha abierto un vivero precioso en el jardín, las plantas son como sus amigas y a la vez son como su terapia, a las personas cercanas les gusta su manera de hacer las cosas y le llevan plantas para que las reviva casi que de la muerte misma y otras compran las que ya tiene. Cuando me refiero al hecho de ayudarme con las responsabilidades económicas, es por los préstamos que hicimos cuando ella enfermó, estuvo a punto de irse de nuestro lado y buscamos todas las alternativas posibles para que estuviera bien, fueron tiempos difíciles en los que no contábamos con nadie más, mis hermanas estaban pequeñas y no comprendían al cien por ciento lo que pasaba, a mi padre no lo conocí, así que no tuvimos nunca de su apoyo, nosotras no contábamos con fondos para asumir todos los gastos, mi madre fue despedida de su trabajo cuando los primeros síntomas aparecieron y no tuvimos otra opción que hipotecar nuestra casa.

- Señorita Henderson – dice el señor Brown desde su escritorio haciéndome volver a la realidad, tenía mi cabeza llena de pensamientos

- Si señor – respondo poniéndome de pie y llevando conmigo una agenda que nunca dejo, siempre tiene algo que decir y que yo debo recordar

- Por favor, pide que la reunión sea una hora antes de lo programada, dile a todo el equipo que es obligatoria y que no quiero peros – dice tocando su estómago y haciendo un gesto de dolor

- Claro, ya mismo le informo a todos – hago una pausa y dudo en si deba preguntar pero no se ve muy bien – Señor Nicholas, ¿Se encuentra bien? ¿Desea que le traiga un poco de agua o de te?

- No, debe ser porque no he desayunado, es que creo que me está fallando el apetito – menciona acomodándose en su silla de nuevo para seguir trabajando.

No sigo con mis intentos de ayuda pues si él dice que está bien, es porque lo está.

Salgo de la oficina hasta la sala de conferencias para organizar la parte de logística, hasta esto aprendí, a conectar todos los dispositivos que se necesitan para las presentaciones de diapositivas o reproducciones que se hacen en las reuniones, mi deber es que todo siempre esté organizado y en perfectas condiciones para el señor Nicholas.

- ¿Por qué una hora antes? – dice Susan, mi única amiga dentro de la compañía, es la coordinadora del esquipo de marketing

- El señor Brown no se siente bien, creo que luego querrá ir a su casa – respondo a su pregunta

- Pero es la hora del almuerzo ¿acaso él no come?

- Susan, por favor, igual son ordenes, dijo que todos debe estar, en especial tu

Ella hace una mala cara y afirma con su cabeza

- Bueno, creo que voy a comprar algo en cafetería ahora porque ya sé que no tendré chance de comer después

La chica se va hacia la cafetería moviendo su largo cabello rizado, Susan puede ser algo coqueta y llamativa cuando se lo propone, pero igual así la amo, ha sido demasiado buena conmigo

Un rato más tarde me dirijo a la oficina para decirle a mi jefe que todo está listo, dejo mi escritorio organizado para cuando tenga que volver pueda seguir con mi trabajo sin perder el hilo de lo que estaba haciendo

- Señor, ya todos están en la sala de conferencia, está todo listo – digo tomando mi agenda, mi Tablet y el bolígrafo, llevo de todo porque un día me pasó que es una reunión importante la tableta se descargó y tuve que memorizar todo lo que el con sus socios hablaron por casi tres horas, fue terrible.

- Bien, entonces vamos – responde poniéndose de pie – Pero antes, quiero decirle algo, ¿Podrías regalarme un minuto? – cuestiona mi jefe sacando de su maletín unos papeles, lo miro y parece bastante serio, ¿habré hecho algo mal?

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