estra hacienda. Un evento agridulce. Por un lado, la emoción de mi nueva vida e
í, muchos por compromiso con m
adre cerca de la mesa de p
del brazo
iradas, sonriendo como si fuera la reina del baile. Él, a su lado,
só a mi lado. "
e. Su presencia era como
quien tomó la iniciativa, con esa so
ena que te vayas. Te v
a de las tías chismosas del pueblo
a Alejandro con falsa compasión. "Pobre muchacho, después del su
metida" me revo
rtunidad, adoptando una ex
ene sus prioridades. Clarame
la atención de más gente. En segundos, e
hace, Sofía
que te ha querido
ición l
e mantuve en silencio, mi rostro una máscara de ca
sonrisa se había desvanecido, reemplazada
"Es una ingrata. Alejandro la ha amado, la ha protegido, ¡y
aviso, su mano voló por
LA
el salón, seguido de
tantáneo, pero más fuerte fue
e, mis ojos clav
a", dije, mi voz baja y peligros
, una risa
stás habla
"Hablo de que los 'bandidos' que se llevaron a Alejandro eran primos tuyos, de tu puebl
ra absoluto. Todos los oj
siblemente, pero
ritó. Se aferró al brazo de Alejandro, con los ojos llenos de lágrimas de c
onto que siempre fue
Pidele una disculpa
arme por decir la
ida y manipulada, em
jer tan
na, mira có
enla d
razo. La situación se estaba saliendo de control. Estaba rod
e en medio del caos, cr
ía un as ba
a punto d