de cabello canoso y ojos a
ción fue severa", me explicó con voz pausada. "Necesita reposo
tormenta que se desataba dentro de mí. Por un instante, sentí un destello de esperanza
speranza
to cuando el doctor se iba, con un
ano. Su tacto me dio asco, pero no tuve fuerzas pa
aquí", dije, mi voz
demasiado rápido. Pero sus ojos se desviaron hacia
dormir, lo escuché hablar
do tenerla aquí, haciendo preguntas, con doctore
una p
lugar donde no hagan muchas preguntas y donde el personal
uería deshacerse de mí, quería aislar
pecto grasiento, con una bata que le quedaba grande y una sonrisa servil. Ricardo lo
Revisó mi expediente con desinte
a mi clínica privada", dijo. "Allí te
o, que pasaba por el pasil
Pero no recomiendo el traslado. El estado de la paciente elanzó una m
rales es una eminencia y confío plenamente en su juic
ocupación, pero no podía hacer nada. Ricardo era mi esposo, él ten
ercó a mi cama. Acarició mi mejilla con
tu bien. En la nueva clínica estarás más cóm
os eran duros como el acero. "Lejos de todo este r
os superar juntos esta terrible pérdida", continuó,
struo que se escondía detrás d
nto, la puerta se
uera la dueña. Era Valeria. La reconocí de las fotos que Ricardo guardaba en una carpeta
osó en mí, frí
, le preguntó a Ricardo,
o pali
aces aquí? Te di
asunto se está alargando demasiado. Dijiste que te encargarías de e
sus palabras m
la sacó al pasillo, pero no
iseó él. "¿Quiere
y pegarte? Ricardo, es hora de terminar con esto. Dale lo que el doctor te dio. Que duerma un l
co de pastillas siendo presi
zón se
Querían silencia
e pánico y determinación. Se acercó a mí con un vaso de a
temblando ligeramente. "Esto
u rostro, el rostro del hombre que había jurado amarme y
n se arremolinaron dentro de mí
de mi garganta solo s
volvió