pero recuperó el equilibrio al instante, su
mi amigo y antiguo sous-chef, que había venido a visitarme y estaba par
ara de pocos amigos que había estado esperando junto al coche, el hombre se acercó a Pedro y, sin
z!", grité, intent
se clavaron en mi piel. "Esto es solo una p
al suelo, se sujetó el tobillo, su cara era un poema de do
perfectamente orquestada, él bajó corriendo del auto y fue directo hacia V
", gritó Javier, arro
a amenazarme, me dijo que arruinaría nuestra boda, y cua
ó, sus ojos echaban chispas, la
umbando en la calle silenciosa. "Ya me cansé de tu
, intenté defenderme, pero era mi palabra
escuchar tus mentiras, le pedirás
que me quemaba por dentro, arrodillarme ante ella, ante la muj
", dije en
, insistió Javier, su
ro que aprenda una lección, hay un lugar... un lugar del que me hablaron, un sitio de retiro espiritual en la s
de duda en sus ojos, una vacilación, miró el lugar, un centro de rehabilitación conocido por sus métodos brutales, casi
e y llorando en sus brazos, y la duda des
su voz sonaba hue
ujó de nuevo, mi mamá salió corriendo de la casa, gritando mi nombre, pero Javier ni siquiera
alto con alambre de púas, el aire era pesado, olía a encierro y a desesperación, me quitaron mis pertenencias y me dieronante horas, en un patio sin sombra, bajo el sol abrasador, el dolor en mis rodillas era insoportable,
mujer de rostro severo que dirigía l
susurré, las palabras se
alto!"
, repetí, la humillación me
piedras de un lado a otro del patio, sin descanso, hasta que los brazos se nos acalambraban y la espald
eor era el tormento mental, la sensación de abandono, de injusticia, cada noche, me acurrucaba en la cama d
las piernas y mis manos temblaban sin
ha terminado", anunció, su voz sin emoció
cansancio profundo, una indiferencia total, me llevaron de vuelta a la entrada, me dev
ón, sí, había aprendido que el amor podía transformarse en el arma más cruel, y que la única persona en la que podía confiar era en mí misma, el