img La Misión Imposible  /  Capítulo 3 | 16.67%
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Historia

Capítulo 3

Palabras:1238    |    Actualizado en: Hoy, a las 18:07

Me arrojó al suelo de cemento y el impacto me sacó el aire de los pulmones. La bombilla

u rostro contorsionado por la ira. "

girando la llave en la cerradura. Me quedé solo en la oscuridad casi total, con e

o era el frío de mi corazón el que era insoportable. La esperanza que mi abuelo me había dado, tan frág

dad húmeda. No me trajeron comida ni agua. El hambre se convirtió en un dolor a

música. Vivían su vida mientras yo me pudría aquí abajo. A veces

su silueta recortada contra la luz del pasillo. "No ha

ue el silencio la enfurecía más que cualquier palabra.

pan. El olor era tan delicioso que mi estómago rugió d

jo con una sonrisa cruel. "Arrodíllate y s

llo era más fuerte. La miré fijamente, con los labios apret

sopa se derramó por el suelo sucio. "Com

on el olor a comida q

rio, los recuerdos se mezclaban. Recordaba a mi madre cantándome para dormir. Recordaba a mi padre enseñándome a a

? ¿Dónde se había ido? ¿O nunca había existido realmente? Quizás todo habí

Alejandro. Llevaba un látigo de montar e

l látigo en el aire. El sonido fue como un disparo en el silencio d

alda golpeó la pared de pi

ga?", susurré, mi vo

cido", dijo, acercándose. "Quiero que admitas que

verdad"

tan intenso que grité. Fue como si me hubieran marcado

roso!",

ernas. Caí al suelo, tratando de

ontinuó, su voz llena de una furia justa. "Y tú le paga

o blanco que lo consumía todo. Mi cuerpo convulsionaba con cada golpe. La

la en lo alto de las escaleras. "Ya es suficiente

e. Me quedé en el suelo, temblando, apenas consciente. Cada respiraci

nmaculado. Se detuvo a una distancia segura, mirando mi

principio. Puedo hacer que tu vida sea un infierno mucho peor. O... podrías simp

a los ojos. Y por primera vez, las palabras que habí

estaba cargada con el veneno de oc

n segundo, pensé que me mataría allí mismo. Pero en

n. Puedo trabajar con eso. Es mucho

eración, una pequeña parte de mí se sintió... libre. Había dicho la verdad. Y al decirlo, había roto el último hechi

ió una vez más. Esperaba a Alejandro o a Isabella, pero

rror al verme. "Dios mío,

n mientras intentaba limpiar mis heridas.

aquí", susurró con ur

é", grazné. "

Tengo otro plan. Pero tienes que ser fu

r el dolor y las lágrimas. "¿

es mi nieto. Y porque le fallé a tu madre. Le promet

lo una cuerda de salvamento. Fue la confirmación de que incluso en la oscuridad más profunda, una

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