áusea repentina. Se detuvo, apoyándose en la pare
a, proyectando una fantasía que el público consumía con avid
o, sino en el hospital. Ella estaba débil, recuperándose de la enfermeda
te de médula ósea había sido un éxito, gracias
amantes, solo sus manos
n ti. Cásate conmigo. Déjame cuidarte por el resto de mi vida. Te
de esa habitación de hospital, se sintió la mujer más amada del mundo. Creyó cada palabr
nua. Qué
o, no vio la amenaza. Camila era eficiente, ambiciosa, y siempre estaba un paso por delante. Sofía inclus
. Era todo par
a verdad, el mundo se
de última hora. Ella estaba en el taller, dando los toques finale
con una sonrisa que ahora So
e mostrara unas muestras de seda que acaban de llegar
nfiada, l
iudad. Pero Camila no se detuvo en las muestras de tela. La guio hacia l
. Con sus paredes de cristal de un solo lado.
le había dicho. "Para que sepas que inclus
él. Su Alejand
ban tra
firmaban contratos millonarios. La falda de Camila estaba subida
pulmones. El sonido de la ciudad se desvaneció, r
z de Camila, amplificada por la e
a más si Sofí
o en la oscuridad de la terraza. Por un instante, sus miradas se cruzaron. Vio
, un gruñido
Tú solo eres
ontrario. La besó con una ferocida
n las manos y corrió, huyendo de la terraza,
temblando incontrolablemente. El eco de sus palabras, la imagen de sus cuerpos,
da. Su salvador.
roso. Un
el suelo frío del baño, Sofía
bría
bría
adiós si