para convertirme en el "señor Mendoza", el esposo de Sofía Del V
ncioso para demostrar mi devoción ciega. Trabajé, aprendí del agave, me gané el
fiesta llena de la alta sociedad. Encontré certificados de nacimiento. Sofía, madre, y Alejandro "E
borada! ¿Cómo pudo haberme engañado así? ¿Cómo pude ser
us hijos biológicos me insultaron llamándome "mantenido", y Alejandro, el falso amigo, sonreía triunfal. Había sido usado, despojado de m