o de la biblioteca. La reacción de don Fernando fue instant
eves a hablar de divorc
n fuerte que me hizo girar la cabeza. El sonido seco resonó en la habitaci
ima a mi padre otra vez
Los gemelos. Un chico y una chica de unos diecinueve años,
te de mi
el c
nido! ¡V
ó la
los abrazó,
s niños. Este ho
señaló con un
Dios que te mando a romper las piernas. Te vas de aquí con lo que tr
ra. Me refugié en el pequeño departamento de mi único amigo verdadero, Chuy, mi compadre del mariachi. Cuando le
a! ¡Te vieron la cara
Tíos, primos lejanos, amigos de la familia. Todos con
salo bien. No s
on tuyos, no tienes que gastar en ellos. Per
e conviene tenerlos de enemigos. Agua
rían hijos que no son suyos. Tú por
nidad no valía nada. Mi dolor era un inconveniente. Lo ún
discreto en el centro de Guadalajara. Llegó con su aire de reina,
después de pedir un american
poder creer
l divorcio? ¿De
. Pero mi decisión fue la correcta para la f
el pecho. Tuve que tragar saliva pa
o. ¿Y yo dónde quedo e
esposo. Siemp
pediste? ¿El que te cubre las espaldas mientras te acuestas
rajo en una mue
fue... un acuerdo. Una necesidad. Fue solo una vez, para la inseminac
carcajad
da? ¡Traicionaste veinte años de matrimonio,
piró, im
angre. Alejandro solo me dio los medios para protegerla. Él me dio los hijos que yo nece
e que no importaba, que nuestro amor era suficiente. Fue entonces cuando, para quitarle esa "pena" de encima, yo propuse la vasectomía. Ella aceptó, "agradecida". Ahora entendía. Ese diagnóstico era falso. Era parte del plan. Una manipulación más para tenerme donde ella quería: a su lado, pero estéril. Inofensivo. El perfecto marido fachada. Por