xplosión. El doctor dijo que tuve suerte: la metralla no había tocado ningu
al doctor. Dijo que su amante, Kenia, tenía leucemia y necesitaba
estaba h
da y gravemente herida. Ese procedimient
lio era una más
rioridad es Kenia. Florencia es fuert
a que extirpar. Mataría a nuestro bebé y arriesgaría mi
parte de mí que lo había amado, la parte
stesia fluía por mis venas, sentí una extraña sen
rté, mi bebé
mí, tomé el teléfono y marqué un númer
surré-. V
identidad como la heredera de los Hortón, todo p
heredera de los Hortón apenas estaba desp
ítu
el escenario, con la pesada medalla de oro en la mano, sintiéndola como una piedra. A mi
os cofundadores de Carrillo y Whitehead. Él era el rostro carismático, yo era el ge
grietas en
iba. Era la hija de su difunto mentor, una chica de aspecto frágil con o
enthouse con vista al Bosque de C
-dijo Julio, aflojándose la corbata. Su voz
remio en la repisa junto a nuestros otros trofe
on una pequeña sonrisa secreta en el rostro.
e cincuenta millones de pesos de nuestra cuenta empresarial conjun
sin disculpas-. Su padre no le dej
ra empresa para el próximo trimestre. Ese di
as tan egoísta, Florencia. L
lg
a de comprar una serie de esculturas pretenciosas y carís
señalando las nuevas adquisiciones de Kenia-
as en la terraza. Luego, tomé un mazo de la caja de herramientas. Una por una, las hice pedazos. El sonido del metal y la p
lvió a casa
ropio, dándome un crédito menor por "asistencia". Anunció que Kenia Drake, a pesar de no tener título de arq
etaba mi trabajo por encima de todo. Adjunté mis archivos de diseño originales, con fecha y hora, y una breve nota profesional explicando que
ón de emergencia. El contrato se p
na tormenta
é hi
trabajo -dij
! ¡Pusiste en r
ugar en nuestra
da, con la mandíbula apretada por una rabia qu
ería lo peor. E
res. La casa estaba en silencio. Demasiado silencio. Caminé hacia nue
nia estaba montada sobre él. En mi lado de la cama
ral. Julio solo me miró, su expresión no era de culpa,
cia la mesita de noche, tomé la pesada lámpara de cristal
Kenia gritó, un grito real esta vez, y se bajó de la cama
fue que se había resbalado y caído. Tenía
eglarlo. Esta era mi vida, la vida que había construido, ocultando quién era en
e pesos y un boleto de avión de primera cla
dije-. Y no v
cheque y
prarlo, Floren
se
io estaba callado, recuperándose. No me dio las gracias,
nto estaba vacío. Julio se había ido. Y el cuarto de Ava estaba vacío. Sus muñecas favo
amé a su teléfono, una y
stó. Su voz era f
stimaste. Ahora sentirás lo qu
Julio, es nuestra h
ica enfermiza-. Tú me orillaste a esto. Keni
osa-. Tengo los estados de cuenta, Julio. Tengo l
e un sonid
ntiendes nuestra cone
estra hija? -gr
industrial. La que se suponía que íbam
endio que hubo allí cuando yo era niña
or. Tienes diez minutos para llegar y aceptar mis términos. Si lleg
ea se
olante. La bodega se alzaba adelante, una ruina es
cío. Ava estaba atada a una silla detrás de él, llora
voz quebrándose-. Por fav
pequeño det
a. Y quiero que le cedas tus acci
ero Ava me estaba mirando, con lo
-susurré-
ento triunfante y
que lo
errando su cara en mis piernas. La abracé tan fuerte q
lárguen
niendo a Ava. Estábamos casi en
ore
vol
dijo-. Por hace
ó el
había colocado cerca de la entrada. Pero fue suficiente. La fuerza me lanzó hacia
nas. La metralla rasgó mi abrigo. Caí
a. Me arrastré hacia ella, ignora
, mi amor? ¿
lvo. Intacta. Yo había re
no me sostenía. Podía sentir la sangre caliente empapando mi ro
o último que escuché fue la vocec
es de una habitación de hospital me quemaba
arrillo? ¿
a el cuerpo como un so
a principal. Pero su pierna está muy fracturada. Requerirá varias cirugí
ara
ueño e imposible destello de luz en la sofocan
brió y entró Julio. No
untó, su voz despr
o el doctor-. Y está embarazada. Dado el trauma
de Julio
ke, tiene leucemia. Necesita un trasplante de médula ósea
lo miró, h
tá embarazada. Someterla a un procedimiento de extracción de médul
rumpiéndolo-. De todos modos, no puede llev
stro bebé. Como si fuera un
rme, resuelta-. Se está muriendo. Tenemos que salvarla. Flor
ró, sus ojos ll
go someterse al procedimiento de médula... podría dejarla permanen
z sin dejar lugar a discus
su amor. Esta era su compasión. Mataría a nuestro hijo no nato y arriesgar
La parte de mí que había amado a Julio Carrillo, la parte que lo había perdonado, la parte que había
el largo y blanco pasillo. Julio caminó a mi lado por
o d
odos, Florencia. Alg
ulejos del techo, contándolos
líquido frío se extendía por mis venas, sentí una extr
l conoc
olor. Un dolor profundo y hueco en mi abdomen. Una agonía agu
ya no
o la pared en blanco. Lentamente levanté una mano
zó por mi sien y se perdi
ta de noche. Revisé mis contactos, pasando todos los nombres de la vida que hab
ofunda y familiar, resp
oren
oz era un s
ap
, mi amor.
r a casa
camino. El je
el rostro de Julio. Podía ver la sonrisa de Kenia-. Solo hay alg
a, mi poder, mi verdadera identidad, todo porque fui una tonta que creía que
orizada. Pensé en el hombre que había amado, el hombre que ha
Pero, sobre todo, estaba
taba muerta. Murió en
argo, apenas estaba despertando. Y