en una neblina febril, entran
erté, Damián estaba se
do mi frente con el dorso de su ma
mis ojos vací
-me dijo-. Ha dañado tus cuerdas vocales. Pero no te pre
té hablar, pero solo salió
anquilizó-. Yo me
cirujano de la ciudad. Si él d
timo juntos. Me puse una inyección de esteroides para pod
ros de banda querían salir a
i voz un raspado dol
aron en
a? -preguntó nu
mirando hacia abajo-
uedaron en silencio, sus rostros u
una sonrisa débil-. Y no voy a re
jaron y me abrazaro
mián me estaba esperan
e crees
je mientras me jal
-preguntó,
ta -respondí,
. No importa. Tu cirugía está programada para
quizás el jefe de su departamento. Él era el mejor,
ntas. Confié en é
s, las luces brillantes me cegaban. El anestésico comenzaba a h
ró el equipo
s estaba Ka
do, su papel claramen
a, mi alma. No podía dejar que una inte
ntarme, gritar, pero mi cuerpo no obed
alabras arrastradas-. Damiá
stro cerca del mío. Me aca
su clase. Esta es una gran oportunidad de apre
mis ojos muy ab
escuché mientras el mundo se desvanecía a ne