utileza: todo gritaba poder y l
dornado con más de 400, 000 diamantes y perlas. Paige había fantasead
andes esfuerzos para mantener las apariencias. Reunieron quinientos millones de dólares como regalo de b
e novia, que había sido enviado en avión por una recono
r lo que se habían sacrificado brillaba en la chica
o una expresión neutral. Su reputación lo precedía: era peligroso, decisivo, e impredecible. Por eso, sabía que
ban hambrientos por encontrar cualquier grieta en la historia. En lugar de alimentar el
saparecía entre las nubes. "Mamá, ¿mi sueño de convertirme e
o tolerará ser engañado. Prácticamente le metieron a Elliana a la
e ella?", inquirió su hija, con un
ti. Solo mantente como la socialité más destacada de Ublento y, eve
ginaron que Cole podía orquestar su viudez, Elliana, mucho m
spiadado, incluso cruel. Él era el tipo de hombre que se encargaba de aplastar a cualquier persona que se interpusiera en su camino.
emonia. Y cuando entraron en la recámara, se dejó c
instaló en el sofá. Clavó su mirada, escrutadora e intensa,
iez años mayor. Pero ahora, bajo el suave velo que cubría su rostro, se veía etérea enfundada en ese resplandeciente vestid
el incendio que acabó con la vida de su madre, y que terminó derritiéndole el rostro. Algunos decían que es
ojos, agudos, inteligentes y llenos de luz, la delataban. Estaba claro que no e
mbrosa. Otros podrían haber descartado el asunto como mero instinto, pero él se había percatado de l
itaba averiguar cómo había terminado vinculado a ella en matrimonio. Alguien había movido los hilos tras
lar. ¿Ahora por qué estás tan callada?",
"No es que planeara casarme así... Aún no pu
ns venía con reglas. Una sonrisa amable por aquí, y las palabras co
palabra. Antes, lo había llamado "cariño" frente a Paige como si fuera lo más natural del mundo, si
mpoco esperaba que lo hiciera. Solo neces
sin previo aviso y cruzó la habitación sin prisa. Luego, sin decir una pa
a de que la cargaba en brazos, como si fuera la princesa de
n sus labios. "¿Qué crees que deberían hacer