y luego cerró rápidamente la distancia entre ellos. Mientras el colchó
e mi horrible peluca y maquillaje?
, le había dado rienda suelta a su imaginación, con ideas que debían quedarse en la fantasía. Pero la verdad era que, cuando se trataba
borde de su vestido de novia, reaccionó por instinto: si
él la esquivó
de que su esposo le arrancara el velo y la peluca con una precisión quirúrgica. Una casc
vendido la mentira de que era enfermiza y frágil. De hecho, les hizo creer a todos que era una chic
eza de un rompecabezas que no encajaba. Ella tenía el rostro enmarcado por su cabello
pas de maquillaje para ocultar su rostro arruinado, y algunos incluso afirmaban que habían
ncha de base. Y lo que veía no era carne achicharrada, sino una piel de porcel
s y ojos que brillaban con la profundidad de las estrellas en movimiento. Debajo de todas esas capas de maquillaje n
iva que había llegado a su vida de repente era una maravilla es
que el arrepentimiento la invadiera. Se lamentó por n
ahora se daba cuenta de lo equivocada que había estado. Él era salvajemente impredecible: oscilando entre caballero pulido y pícaro imprudente, lo que lo hacía imposible de descif
o. Estaba lista para reclamar su identidad y mostrarse tal cual era, pero tras conocer a Cole, sus pla
entabas hacer?", la cuestion
mala experiencia", empezó Elliana, es
stre, tu cuerpo es otra cosa. Solo apagaré l
ón quedó completamente a oscuras, sintió un vacío en el est
no tiene vergüenza',
sposo se cerniera sobre ella. Presa del pánico, la joven corrió al bal
vez más y la derribó, haciéndola caer
de su ser ansiaba quitarse ese vestido, aventarlo a un lado y
ente loco?", lo cuestionó, co
de ver el desastre que era su cara maquillada, pero Cole n
ella; su aliento le rozó el cuello, en una clara señal de advertencia. Luego, le
erd
lguien que montara guardia en el pasillo. Si no le damos un espectáculo, tendremos gente
escapar su frustración. "Si hacer r
s respiraciones iba cargada de furia. Cole, en las sombras, sonrió diabólicamente, antes de
, retorciéndose debajo de él, por cul
tiguados sonaron en el pasi
erca de ella, y rozándole la oreja con su aliento, le dijo en un tono carg
da y furiosa, le
l de rendición, mientras se apartaba con una sonrisa. Acto seguido, cruzó la
dor repentino. Le tomó un momento que su visi
l suelo, despeinada, y con el vestido de novia desordenado a su alr
r que solo te estabas haciendo la difícil", le preg
responderle. Se levantó del suelo, arrastrando el pe
se deshizo del sofocante vestido de novia y se puso un pants negro. Este era como una armadura ligera, así que
só a la recámara, se detu