asta herida?, cruzó por el rostro de Hudson antes de q
a Valeria". Entonces, sin titubear, se volvió hacia ella y comenzó a enumerar, con minuciosa devoción, cada una de sus absurdas preferencias:
de esos absurdos rituales suyos, como si fueran parte de una liturgia sagrada; y s
vuelta. Mi estudio de arquitectura era el único refugio que aú
palagosa, como un reclamo de niña mimada. "
, Valeria. Siempre está enterrada en sus planos y sus maquetas". Luego me atravesó con la mirada,
ue era, en secreto, su esposa legítima, la que compartía su cama. En su lógica
que cruzamos juntos el umbral de esta casa: me cargó en brazos y me susurró prome
ira tan
ma peligrosa. "Valeria es tu invitada
in esperar
piro fingido, como un pajarillo herido. "
a de afecto que solía dedicarme a mí. "La he mimado demasiado. No te preo
ómplices, recorrieron el pasillo como una daga en mi espalda. Me apoyé cont
strada en el fideicomiso desde hacía años. Yo era la intrusa que había
nas una sombra. Me sequé los ojos con rabia y endere
cioso junto a la biblioteca. Hoy se cumplía un año más de la muerte de mi abuela, la única
loza contra mármol, me
us pies yacían los fragmentos irreconocibles de la urna de porcelana que guardaba las ce
sus ojos brillantes de malicia
recorrió el cuerpo. Antes de pensarlo, avancé y mi
garrada de dolor y rabia. "¡Ella está muerta! ¿
mero que vio fue a Valeria con las lágrimas pintadas en el
patético y victimista. "Solo quería mirar la ur
on ternura, como si hubiera sido atacada por un monstruo. Luego
rugió, acunando a Valeri
do con el dedo tembloroso las cenizas espa
e, y después me miró con una frialdad que me heló la
u muerte. Había estado conmigo en el funeral, había tomado mi mano, había jurado
eligrosa, el filo de una tormenta contenida. "¿
eía como a una esposa ni como a un ser amado. Yo era un probl
por el pasillo, hacia el sótano. Abría la marcha con paso firme, hasta llega
que aprendas a obedecer"
he de vulnerabilidad, confiando en su cuidado. Ahora lo usaba
entendí con una claridad escalofriante: Yo no era
enada a obedecer o a ser enterrada en el silencio. La puerta se cerró de golpe