espondía atenderlo durante esos dos días. En cuanto terminé de coordinar con ella, regresé a la oficina de Dylan. Lo encontré de espa
entras examinaba las co
: "¿Necesita que lo a
instante
e eso, tomé la corbata que sostenía y, con destreza, la deslicé al
erca. Al rozar su nuez con mi dedo índice, sentí cómo tr
, le pregunté: "¿Ac
a por encima de mi cabeza, hacia la ven
aseguré: "Lo haré
ntre nosotros. Estábamos tan cerca que, con solo alzar
o lápiz labial, pero sí perfume... uno que huele a rosa
eza. "No", fue su
"Entonces, ¿es alérgico a la
sinuación. Su silencio fue elocuente; era evidente que había decidid
cio me hizo suponer que no le había gustado, así que instintivamente e
on firmeza. Su voz sonó más grave cuand
ca. Era extraño. Un hombre de su posición, con una apariencia tan refinada, no debería tener las manos así. Esa contradicció
pantalón. "Seguramente la señora Hewitt tiene m
a vista hasta encontrar sus ojos. Le pregunté con
responder, preguntó con curiosidad: "¿Por
e frustración. "¿
sotros. "Ella es mi esposa. Usted es mi empleada",
de morder el anzuelo que le había lanzado,
un oponente a la altura; esto me ayudaría a mejorar. Un
o corto. "Tiene el cabello muy denso". Lo peiné un par de v
s hebras, acariciando suti
ermaneció inmóvil. La punta de mi nariz rozó su sien y mi aliento
oreja y le susurré: "Su champú huele