r emociones contradictoria
muslo era una sensación demasiado fami
su tiempo, encendiendo tranquilamente un cigarrillo y sostenién
melo", ordenó, fijan
nta seca, y el silencio entre ambos e
dencia que debería haberle dado, no pudo
li
aban sobre sus rasgos. Luego, cuando Carson inhaló hondo de su ciga
le diera en la cara, lo que le irritó
ando las dificultades la habían dejado en los huesos, delg
ía haber empeorado. Sin embargo, su piel seguía siendo clara, sin rastro d
cia su mano, y notó una herida apenas cicatrizada en
argo, apartó la mano rápidamente, ocultando su sorpresa con un cort
una ris
nrisa burlona en los labios. "¡Eso es nuevo! ¿Acaso tienes a a
icó: "Bueno, estás a punto de casarte. Esos
nta fue cortante.
r sorpresa. "¡No!", pro
rgo, solo divirtió a Carson, despert
, se apartó justo cuando los labios de
Carson se posaron en el abrigo
y tiró el abrigo a un lado con indif
ma. ¿Ustedes dos están juntos?".
aró Johanna, poniendo una
s cosas, ¿verdad? ", comentó Carson, con un deje de cinismo en el t
quedó sin
anipulada por él le r
replicó: "Bueno, eso depende. Después
ue neutra mientras se a
el motor, tomando a J
tablero, lo que encendió una chispa de ira en su interior mien
piro resignado, decidiendo que no
on al pie de
on el ceño fruncido. "¿Por qué no te
, pero firme. "En real
nte es tuyo",
sugirió: "Señor Russell, quizá debería reve
muerto, y Carson ya no estaba d
ulo, anunció: "Te
, la oferta fue más inopo
; temía reavivar una llama que había i
o, sin ascensor y dependiendo de la iluminació
acia atrás y vio que Carson seguía allí, un gua
nes complejas, una mezcla de gratitud y un
n olor fétid
la fuente: una fuga de gas, con
que la invadía. Mientras sostenía el rostro pál
l nombre de Carson, pero luego llamó con
ulancia la que lle
lo vio a través de una neblina de conmoción y alivio. En ese moment
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