icardía. "¿No lo sabes? Voy a casarme

jada seca y, negando con la cabeza, dijo: "¿Perdiste el juicio? ¿De verdad

de que solo eran tontería

perdidamente enamorada, buscando cu

para marcharse, pero se detuvo en seco

uebró con incredulidad. "

o, con expresión fría. Su mirada recorrió a Vernon como si fuera insignificante antes d

ó la mano por el brazo y lo zarandeó en un gesto j

ue una vez arriesgó su vida por ella en otra época, y solo podía significar que ella tenía algo que él con

que lo había perseguido durante la noche. Se le hizo un nudo en la

¡Deja de decir tonterías, Sabrina! ¡Ese

caso no lo entendía? La última mujer que se atrevió a

que él esperab

nito a Vernon. Luego, alzando la vista hacia él, dijo con frialdad y rotundidad: "¿No la

on de par en par, y la sorpr

e su tío. Mientras miraba alternativamente a Theo y a Sabrina, la furi

ser cierto. E

en susurros: decían que era impotente, ajeno

, maldita...?". Sus palabras se ahogaron por un dolo

le mostraras respeto", replicó su tío con voz de acero.

olor en su pie le hacía sentir como si los huesos s

amarga e innegable, aunque cada

que le ardía en el pecho. Sus ojos se enrojeci

onio no es un juego de niños. No arruines tu vida por un capricho. Crecimos juntos.

freciera una última oportunidad. Si ella la aceptaba, él creía

s por las mejillas. Pero esos recuerdos pasados eran demasiado profundos. Las traiciones, el dolor,

heo a su lado, se acercó más a su abra

ados a amarse. Bueno, según esa lógica, tú y yo también estamos destinados. Después de todo, también crecimos juntos. ¿Recuerdas cua

, y luego su brazo se deslizó con firmeza alrededor d

idarlo?", respond

dén. "Me dijiste que lo reconsiderara, y lo hice. Sopesé mis opciones con cuidado. Theo es rico, atractivo

la cintura de Theo, deteniéndos