ana
iza que prometía otro día abrasador. El aire en el de
icas y pequeñas maletas empacadas y esperando. Salí a la sala. Bruno y Katia ya estaban
0900 en punto. Tú y tu madre deberían ir a la entrada este. Su transporte está programado para l
con calma, recogiendo mi malet
levantó de golpe, sus
ra ya. Deja de crear este drama. V
entrada este", dij
"¡Estoy tratando de salvar el futuro de la teoría económica, y tú estás montando una especie de
. ¿Apoyarme? Lo había celebrado. Se había sentido aliviado cuando
e, mi voz peligrosament
cia la puerta. Me agarró del brazo
s a seguir el plan que te tracé.
, Bruno", dije, mi mirada ba
a centímetros del mío. "¡Vas a hacer que te
empujé con fuerza en el pecho. Se tambaleó
cupí. "Terminamos. ¿Recuerdas?
afuera, haciéndose cada vez más fuerte. No era el estruendo del auto
didos. Yo simplemente caminé hacia la puert
endía. Su diseño era de grado militar, con el sol dorado de la
iforme de piloto saltó, el viento del rotor a
s?", gritó por
", re
n horario apretado". Se movió para ayudar a mi madre, tratánd
guido, sus rostros un cuadr
uno, mirando fijamente el heli
obús blindado se detuvo en l
e para el D
ándose, señaló con un
la es mi colab
iendo a su rostro, se pavoneó hacia el
propia tableta. "Mi manifiesto es para el Dr. Bruno Vélez y un familiar, Adriana Vélez
Katia se
ciedad. Una S.A. de C.V
sistente a Bruno. "El nombre en el espacio familiar es Ad
ntras intentaba procesar el fracaso burocrático de su
espe
del helicóptero se había interpuesto entre Bruno y yo. "El trans
bló por el comunic
Helios Prime. Pasajera Rivas a bordo,
golpeado. Sus ojos, desorbitados por un horror nac
urró, el nombre una ma

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