vista d
padres resonaron en el repentin
ágil! ¡Tienes
lentamente, sus ojos fijos en mí.
, su voz una cuchilla baja y fría
las miradas indiscretas de sus rivales. Puso su saco sobre mis hombros cuando una corriente de aire frío recorrió la h
rno, deletreando mi nombre con una luz brillante que ardió durante una hora ago
lmente terminó, Dante
pertenece a A
sola entre nosotros. Lo miró, y la farsa se hizo añicos. Pisó el freno de go
ntió, su voz tensa y antinatural-. T
toda velocidad, mi propio teléfono se iluminó. Un mensaje de texto. Por un segundo tonto, mi corazón dio un vuelco,
Srita. Valdés en el est
lo profundo de mis huesos. Tomé un ta
voces, llevadas por el aire húmedo, me llegaron antes que
, besándola con un hambre que no me había mostrado desde que despe
a? -susurró Sofía,
y el coche comenzó a mecerse con
a brasa de esperanza a la que me había aferrado tontame
ale
ertenecían. Un libro de poesía. Una fotografía descolorida de Luca y yo cuando era un bebé. No tenía
queño rostro contorsionado por una rabia que era ate
-gritó, y me arrojó el
alpicó mi vestido blanco, mi cara,
cosida a mano que le había hecho justo antes del a
r me había sido robado. El dolor era tan inmenso q
quietantemente tranquila-. Sofía
 
 
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