vista d
dichoso, pensé que era una pesadilla. Un sueño horrible y vívido. Intenté mover los dedos de los pies, una pequeña prueba secreta que hací
olor. Antiséptico y
máquinas zumbantes. Estaba en una habitación privada. La luz del sol entraba a
da en una almohada. Mi pierna derecha estaba encerrada en una monstruosa estructura de clavos y varfí
tricidad, despejando la niebla en un in
a estaba donde se suponía que debía estar. Mi bolso había desaparecid
sto afuera de mi puerta entreabiert
vía va a po
izó en mi pecho, un nudo de puro y primi
Eugenio, baja y
mor. Tardará mucho en sanar. Era la única manera. Entien
¿La única manera?
de ruedas? -preguntó
Pero es por el bien de todos. Ahora no puede irse.
rrizó como un
ía-. Cuando esos hombres fingieron ag
exactamente lo que ensayamos. Hiciste que mami creyera que estabas en
estrella de un espectáculo
lgo escalofriantemente casual-. Además, Brenda me cae mejor. Es más bonita que ma
i cuerpo estaba paralizado, pero mi mente gritaba. El dolor en mi pierna era un latido dis
Una emboscada. Y mi propia hija, mi herm
ja. La becaria q
que mi abuela solía contarme. El granjero que encuentra una serpiente congelada y la lleva a casa pa
s había nutrido con mi amor, mi dinero, mi vida. Y me hab
te, seguida por dos policías unif
z. Él es el agente López. Estamos aquí para
Eugenio corrió a mi lado, su rostro una máscara perfecta de
pensé... -Enterró su rostro en las sábanas,
jos grandes y húmedos de lágrimas de cocod
, señora De la Vega -dijo el detective Ramírez, su voz
cabeza, sus ojos en
sea. No descansaremos hasta que es
o. Miré a mi hija, su rostro dulce y traicioner
a a la que acababan de entregar el guion real. Todos los demás
z se volvió hacia m
ega, ¿puede dec
e Eugenio apretarse en mi mano, una advertencia silenciosa. Encontr
ije, mi voz un susurro ronc
-

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