va de Ril
se me borró
aldas, quitándose los zapatos, como si esa fuera simplem
, pregunté, sin mo
del mundo, aflojándose la corbata, como
marido y mujer que duermen en el mismo cuarto. Tengo el mío, por si me canso d
na risa
ntaje y con varias armas en alto. Tú mismo me apuntast
cogió de
ece en el acta, ¿no? Y esta cama e
os dentro, cruza
uelo", murmuré, tir
n esa calma que precede al peligro. Me quedé inmóvil, aunque mi corazón
pacio, apoyándose junto a mi cabeza, mientras que la otra seguía en el bolsillo, relajada. En
el. Su boca estaba a un suspiro de la mía. No era joven; debía tener unos cuarenta. Pero había algo en su pr
anta se
taba su cercanía. Tampoco aguantaba su olor a cigarro caro, c
hón horrible y tu gusto para vestir es espantoso. Tu vagina
clavaron cont
que me besara. Que rompiera ese juego cruel. Que me dejara sentir a
apartó apenas, mirándome
riño. Hoy no
involuntariamente
esforzarte más. Mis amantes se visten mejo
me hervía
s sumisas. Ya que tuviste que forzar a la promet
y su mirada
, con tono sarcástico. "Tranquilo,
cia mí. Con un movimiento rápido, me sujetó la muñeca y me atrajo con fuerz
o apartarlo, pero él ya tiraba del
ués me niegas el placer? Pues ah
me quedaba. Mi corazón latía tan fuert
, solo me observó. Su mandíbul
. "No puedes decidi
n duelo mudo entre dos mundos
Luego tomó mi chaqueta, que estaba
ste
r?", pregunt
do algo me interesa. Solo tienes que saber provocarme, usar la ropa adecuada y... puedes estar
No pienso vender
con fuerza. "Atrévete siquiera a pensar en ese imbécil, y me vas a conocer d
iento lo mismo por los dos. Pasé un año encerrada por culpa de él, y me casé b
con la mirada de arriba abajo
n me dio sueño". Siguió quitándose la
inales definidos, de los que no po
do, el abrigo entre los brazos y el
sentir
e sentía..
De que me abrazara, me besara y me dijera que todo estaría bien. Pero, por desgraci
aré todo sola',

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