claveles con delgados pétalos color rosa. El centro lo ocupaba una mesa de laurel, adornada con un mantel verde con flores bordadas. Al acercarse, Beatriz notó que se trataba de un
almendrados e indescrip-tible so
ela con las manos junta
hombre, acomodándose la corbata e inte
abuelo estuviese des-encajado en el rompecabez
s confundida -dijo indic
cara aquella cercanía, pero nada. Era como despertar en medio d
altó el muchach
Pese a que su voz era nasal y articulaba las palabras con cierta dificultad, no necesitaba decir mucho para hacerse entender. Había algo en ese chico que la vencía, como si tuviera enfrente la
xtrañé -contes
cito con Síndrome de Down era más que una circunstancia, a lo mejor no tenía otra misión que insta
era la certeza de que no podría desairar sus
o o Pa
iz no podía descifrarlo: ¿qué er
es lágrimas -r
pero no puedo -contestó
e volvieras del h
legué ahí,
s. Ahora ten
dad sus patas grises, que parecían tener incorporados finos guantes de seda. Se detuvo unos se-gundos para explorar el t
viene. Entró por la cocina hace unos días
ecina -interrumpió el abuelo-,
-remarcó
árralo u
lo colocó suavemente en los de su
ansamente, lo que significa
levar por el suave ronroneo de aquél intru

GOOGLE PLAY