sta de Auro
tipo de lugar que Alejandro, con sus gustos refinados, habría odiado. El piso pegajoso y el olor a ce
vaso de whisky fresco por la barra
rdor en mi garganta era una distracción
arme, M. Sé
avemente, rodeándome l
ltimo año de preparatoria. La melodía fue una llave que abrió una cerradura
go, el rostro de Alejandro, pálido y aterrorizado, inclinado sobre mí. Me había estado siguiendo a casa, solo para asegurarse de que estuviera a salvo. Me tomó de la mano en la ambulancia, su agarre un
cciones. Él había elegido amarme entonces. Y ahora, había elegido dej
os comprado juntos. En el momento en que crucé la puerta, el olor de su loción me golpeó, y sentí que e
con los brazos cruzados y una
? -exigió, su voz
alabras, quitándome los
tido, que de repente se sintió demasiado cor
ajo hacia él. Su contacto, que solía sentirse
as a esos lugares, Aurora. Ere
ndro -dije, trat
esperando en la puerta
o una noche difícil.
in mirarla. Volvió su fría mirada ha
preocupados de María y le
manejar esto. -Necesi
ó detrás de ella, el agarre d
me enojar, Aurora? ¿Es es
teando sarcasmo-. El hecho de que creas que tienes algún derecho a estar enojado.
un estruendo resonó desde el pis
aneció en un instante. Me empujó a un lado con tanta fuerza que
peso de plomo en mi pecho.
es rotos. Un pequeño hilo de sangre corría por su dedo. Miró a Alejandro c
sa? -exigí, mi voz temblando
Kiara-. Acaba de salir del centro de bienestar. No tien
, limpiando su dedo con su pañu
. Era la caja de música de cristal de mi madre, lo último que me
andonó mis
us ojos tenían un brillo triunfante-. Fue un ac
de mi madre colocándola en las mías, su voz frágil mie
é hacia adelante y la abofeteé, el soni
e mi casa
ca, Alejandro ya estaba de pie. Me agarró,
gil, Aurora! ¡Mira lo que hiciste! Siempre se trata de ti, ¿verdad? La pri
año principal, sus dedos clavándose en mi brazo
o mi cabello, mi vestido, mi piel.
e nunca antes había visto dirigida hacia mí-. Tienes que control
ndo y empapada en la oscuridad. El sonido de la cerradur
rar suavemente a Kiara, su voz teñida de
. Ahora, ni siquiera me daría un mundo donde estuviera segura en mi propia casa. El frío no estaba solo en el agua; se estaba filtr

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