vista d
del club retumbando sordamente a través de la
ciudad, respirar un aire que no es
as sobre una mesa de madera fría
nto a una habitación contigua, la puerta ligeramente entreabierta. E
, decía Javi, su tono petulante. "Nece
congelé, pegándome contra
l plan con la nueva c
iciente para poner celosa a Eli. Dale unas semanas. Volverá ar
roto... todo era solo un juego para él. Una herram
en mi alma se convirtieron en c
las oscuras calles de Monterrey, las luces de la ciu
que había vivido voluntariamente. Mi devoción no había sido amor; se había conver
s puertas de hierro forjado estaban cerradas. Y de pie f
o a un mensajero, y en su mano, sos
r, mis instrucciones son entregar es
depredadora. "Me aseg
s documentos de viaje para l
n romper el paso. Caminé directamente hacia él, le arrebaté l
me mientras firmaba yo misma la con

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