y aunque disimulaba la sutil curva de su embarazo mejor que el jersey de lana, la hacía sentir dolorosamente expuesta. Un estilista, enviado por Caín, había tr
oquin que parecía una segunda piel, era la personificación del poder silencioso.
colonia cara y hielo la invadió. Se detuvo a centímet
a luz que reflejaba era cegadora. Con manos firmes, la colocó alrededor del c-Esta noche cenamos con los Arslan. Quiero que seas silenciosa, sonrías en el momento just
Caín- resp
irando su rostro con severidad. -Sal de la habitación inmediatamente. Tu palidez en la oficin
rmaban la inmensidad del imperio de Caín. La cena fue agotadora. Olivia sonreía hasta que le dolían las mej
-Caín, esta joven te ha sentado bien. El
n un gesto que era posesivo ante los demás, pero que para ella se sentía puramente controlado
da de náuseas. Era la peor hora, el peor lugar. El olor del costoso vino tinto en la mesa
ó, su aliento en su oído era frío. -¿Qué sucede?-
tocador- logró articul
so de pie con una f
os Arslan. -Mi esposa está un poco indispuesta. Ha
escapar al baño y dejó que el malestar la consumiera, temiendo que el e
estaba en el pasillo esp
aría incidentes- Caín la tomó por
ivia, tratando de soltarse
. -O te juro, Olivia, que la próxima vez no habrá excusas. Si pones en p
ó finalmente, y el camino de vuelta
s diamantes y el vestido con una rabia sorda. Él
o sentarse. Era Caín. Entró sin llamar, q
lendario de tu periodo exacto de aquí en adelante. Si hay alguna citas médicas que debes seguir, o cualquier dato sobre tu salud. Te
í sin llamar. Y no tienes derecho a mi información médica.
, Olivia. Y el derecho a saber lo que puede afectar mi negocio. Recuerda, tu debilidad es
sorbo de su bebida y se acercó a la puerta. Antes
rdarropa que refleje tu nuevo estatus y que te permita ser func
Olivia sola con la aterradora verdad de que su esposo, el hombre que

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