Kael, ahora se sentía como una lápida fría. La luz era escasa, filtrándose a través de cortinas pesadas, y el aire, antes
a solo, aunque las sombras a menudo se movían, indicando la presencia constante de sus guardias de élite. Ya n
ngre
ma fuera agonizante y, eventualmente, imposible. Lo peor era su efecto en el lazo de la manada. La energía colectiva que fluía hacia el Alf
o, incluso él no era inmune a la debilidad-. El informe de la frontera del Este. Han perdido otro pelotón ante
opios huesos. El veneno atacaba más lento a los Alfas, pero era persistente. Su pro
s? -preguntó Kae
es. Nada detiene la erosión. El Gran Sanador dice que esta plaga ataca la
ra marcado por la fatiga y el insomnio. Sus ojos grises, que habían inf
s místicas, Darian.
gresan con historias de más enfermedad. La única
una cera negra sin identificación. Había llegado hacía una se
era breve y críptico, y cada pala
a es el precio
en la luz, sino
iudad de los Pactos. Ella ne
y amargo en su boca-. ¿Quién diablos es la Tempestad?
es cierto sobre la Magia del Crepúsculo... eso es el
de canalizar la energía lunar sin la bendición directa de la Diosa, había sido erradicado por su l
La omega arrodillada en este mismo lugar. El grito silencioso. El destello de
antigüedad
aunque él no lo sabía. Kael solo recordaba el miedo. El miedo de que su Luna destinada fuera débil y
cortó el pensamiento. Lyra estaba muerta, consumida por su propio rechazo,
ente. ¿Había actuado demasiado rápido? ¿Había r
! Yo soy el Alfa Supr
able. Había más aullidos de dolor que aullido
su Beta, sus ojos fijos-. ¿Cuánto tiempo n
egión ataca con fuerza. Alfa, la gente... necesitan
su autoridad total, a rogarle a un mercenario por la cura de su propia manada
lo rompiéndose-. Solo tú, tres guardias de sombra, y yo. No debe hab
Ciudad de los
ío que el dolor del rechazo. Era un vacío que había provocado él mismo-. Ire
taba ser una estafadora, la mataría. Si era la cura, la doblegaría a su voluntad después de que sanara a sus
a sellada. El rumor de mi debilidad es un
de que las puertas estaban cerradas. Le recordó el destello helado de los ojos de Lyra.
a Tempestad, y el pre
to, directo a enfrentar a su pasad

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