/0/21269/coverbig.jpg?v=6871cb89f2f0fed6e6ad030afff59161)
adas con la que siempre soñé. Mi esposo, Alejandro Peralta, finalmente se h
lado del país para sorprenderlo en un viaje de nego
voz tan casual que helaba la sangre-. Co
dillado a mis pies, con lágrimas en los ojos prometiéndome la
uel, que al día siguiente entré en u
nvertirse en una oscura obsesión. Me encerró en n
rillando con una luz aterradora-. Algo para
convertirme en su muñeca perfecta y sonriente para
ítu
staurante, y casi le creí. Casi creí que tres años habían cambiado todo, qu
andro Peralta. Su novia oculta, escondida del mundo q
La presencia silenciosa en las sombra
ados. Miradas rápidas y llam
ugar. Entend
so estratégico. El que su familia ha
n mi cuenta bancaria. Más dinero de
escándalos, sin dramas. Si
os y tranquilos. Construí mi p
ticia. Su padre, el gra
edó todo. La empresa,
rreglo comercial" rápidamente.
ó. Supongo que siempre
ia pegando su traje italiano al c
ntrecortada, espesa por el
en el tapete desgastado de bienvenida de
l diamante atrapaba la débil luz del
ón golpeaba con un ritmo fr
an mi pequeño departamento. Cenas en
solo había vislumbrado desde
ar. Un cuento de hadas
bros brillantes. Todos
un momento, realmente creí
nas en un susurro. Un nuevo
el pasado. Dijo que to
su única opción.
parte silenciosa de su vida,
bierto su jaula de oro. Hered
a alianza fría y calculada, había termi
sobre. El c
en aquel entonces. Sin
tranquila. Una extraña paz, sabie
a. Con la cara surcada de lágr
eniendo mis manos con fuerza-.
o sobre la honestidad. No má
ebrada. Como si final
monia. Fue una declaración. Una e
vo comienzo, una promesa susurra

GOOGLE PLAY