a Hodg
ísico era agudo, inmediato, pero no era nada comparado con el peso frío y aplastante en mi pecho. Alejandro me había ab
todavía suspendida en el aire, temblando ligeramente. La hipocresía de todo era casi cómica. Él era el que me
mi voz un susurro roto, ronco y esp
ojos se movían
. estabas gritándole a Caridad,
ica por una excusa, un patético in
pero no por mí. Por la escena que estaba creando. Mi madre, Diana, tenía lágrimas en los ojos, pero eran lágrimas de miedo, no de empatía. Miedo por su prop
con una frágil rabia. "¿No pueden ver lo que es? ¿Lo que h
sas, corrían por mi mejilla amoratada. Mis rodillas se doblaron. Cerré los ojos, un grito silencioso desgarr
adelante, su rostro contor
o! Lo juro. Castígame, Daniela. Haz lo qu
í, agarrando mi mano, su ag
rcio. Por favor, m
i falda, sus hombros t
, avergonzado por el espectáculo. Pero Berta, la madre de A
jandro! ¡Detén e
. Antes de que pudiera siquiera registrar el movimiento, su palma abierta conectó
? ¡Lo estás haciendo llorar! ¡Estás haciendo una escena! Siempre fuiste demasiado sensi
y movimiento. Mi padre me agarró del b
la a tu hija! ¡
r, para. Estás empeorando las cosas. Necesitas calmarte. Piens
te atrevas a venir llorando con nosotros! ¿Quieres tirar a un buen hombre como Alejandro? ¡Bien! Pe
las, levantó la cabeza, su
. Cambiaré. Haré cualquier cosa. Cortaré con Caridad, lo jur
llena de una des
dejado "accidentalmente" su mascada en nuestra cama. Una mascada de seda carmesí, con un ligero olor a un perfume que no reconocí, pero que Alejandro un
aridad de la prepa. Había dicho que era una foto vieja, un recordatorio de su pasado, nada más. Pero el marco era
dro supuestamente estaba "en el trabajo". Había mirado a su alrededor, sus
voz. "Alejandro siempre dijo que prefería lo minimalista. P
toda mi presencia. Una declaración de que yo era meramente tolerada, un
r ella, permitida por él. Habían estado jugando conmigo, atormentándome, por más tiempo del que sabía. Mi cabeza palpitaba, mi mejilla ardía. Per

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