ndo el dolor hueco en mi pecho. Este lugar, una vez un santuario, ahora se sentía como una tumba. Un monu
libro que había recomendado, todavía en mi mesita de noche. La taza de café que había comprado porque me recordaba a sus o
al fregadero de la cocina. Con manos temblorosas, los rocié con líquido para encendedor. Un fósforo. Un destello de llama. El papel se enroscó, el plástico se derritió, los
icio, a mi empresa, a cualquier cosa que me distrajera de la herida abierta en mi alma. Estaba en el set desde el amanecer hasta el anoche
e la farándula, fuera de esta ciudad, fuera de esta vida que todos habían conspirado pa
raba mi sonrisa más brillante y deslumbrante. Los medios elogiaban mi energía renovada, mi "espíritu
madre. Casi lo ignoro, pero el recuerdo del c
ra tensa de irritación. "Necesitas venir a casa. Es el cumpleaños de Kayle
iz. "Mamá, estoy en medio de la filmació
nne estará allí. Todos los McCarthy estarán allí. Es crucial para la reputación de Kaylee
capándose de mí. "¿La que orquestó mi humill
y yo reconsideraremos nuestros... arreglos financieros. Sabes lo importantes que son las apariencias. ¿Y
pre encontraban una manera de usar el dinero, el poder y el chantaje emocional para
llegues tarde. Y ponte algo apropiado. No más de esos atuendos
como una marioneta, mis hilos siendo tirados por manos
curvas, mostrando mi figura sin ser abiertamente revelador. Pendientes de diamantes brillaban en mis orejas. Mi
naba por la gran entrada. Los susurros me siguieron como una sombra. Los ignoré a todos, mi mirada fija en un punto
iendo a conocidos, desviando preguntas sobre mi vida personal. Mis ojos, sin embargo, buscaba
aire fresco de la noche me llamaba. Justo cuando llegué al umbral, un sonido familiar me det
nne y Kaylee. Sus brazos la rodeaban, atrayéndola hacia él. Su cabeza descansaba contra su pecho. Mientras observaba, él inclinó su barbilla hacia arriba, sus
sionada. Un puñal retorciéndose en mis entrañas. No solo l
", murmuró, su voz una suave caricia, completamente desprovista del desa
a acercado. Siempre había sido tan cuidadoso con sus palabras, tan reservado con sus emociones. Me había dicho a mí misma que era su n
e que era. Simplemente no estaba disponible para mí. Había estado tan desesperada por una razón, por un defecto en él, que había pasado po
l. Me di la vuelta, abriéndome paso a ciegas entre la multitud del salón de baile, de
encantó el collar de esmeraldas! Le queda mucho mejor de lo que nunca le quedó a Aliza. Y el fondo fiduciario, por supuesto, gracias a la previsión de tu padre, ahora es tod
o clavo en el ataúd. No solo me había visto humillada, no solo había elegido a Kaylee por encima de m
olor que hubiera sentido antes. Mi corazón, ya destrozado, se endureció, con
rí la puerta de un empujón, solo para encontrarla completamente transformada. Mis pósters habían desaparecido, reemplazados por el arte pastel de Kaylee. Mis libros, mis
o. "Espero que no te importe. Pensé que ya no necesitarías esta habitación, ya que nunca estás en casa. Y está mucho más cerca del estudio de Etienne, ya sabes. Mucho más conveniente pa
esada. Mi habitación. Mi último santuario. I
a tomar lo que es mío. Mi familia. El legado de mi abuelo. Mi sensación de paz. Y ahora, mi habitación". Me acerqué, mis ojos fijos en l

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