ó de mis dedos entumecidos, cayendo con estrépito sobre la banqueta empapada por la lluvia. Mi cerebro luchaba por procesar lo que acab
i pecho. Cada molécula de mi cuerpo gritaba traición. Trece años. Trece años de mi vida, mis ahorros, mis sueñ
ba adelante, un imponente edificio de vidrio y acero, sus luces un resplandor áspero en la noche. Su tía no está aquí, insistía una pequeña parte racio
mi piel ardiente. Mis jeans rotos, lodosos y mojados, se sentían pesados y ridículos. Ignoré
ge
y lujosamente decorada, lejos del caos de la atención de urgencia. Se reía, un sonido bajo e íntimo que n
ado, una piel imposiblemente impecable y un atuendo que gritaba "diseñador" inclus
alguna manera llegó hasta mí-. Eres demasiado bueno conmigo. ¿Todo es
de tobillo. No un derrame cerebral. No
e inclinó, su voz bajando conspiradoramente-, fue una distracción necesaria. Sofía se estaba acercando dema
ita, un sonido tinti
ijiste que nunca te ibas a sentar cabeza.
significa compromiso, mi amor. Y el compromiso significa... límites. Nuestro acuerdo es mucho más... flexible, ¿n
verter mi alma en él, en nuestro futuro. Cada noche en vela, cada comida saltada, cada músculo adolorido,
me atada, partiéndome el lomo, mientras él vivía una vida secreta de lujo y engaño. No había e, cada historia lacrimógena que había inventado sobre su mala suerte. Todo era una
tando un delicado beso
dura -arrulló-. Entonces, ¿la v
Finalmente captó la indirecta. Y si no, bueno, la humillación públi
té las manos, las uñas clavándose en mis palmas. La vergüenza, la ira, la profunda traición amenazaban con ahogarme. Pero
mísera cuenta de ahorros, la que había empezado en la prepa, en nuestra cuenta conjunta, creyendo que era para nuestro futuro. Recordé soñar con una casita con jardín, con una
evitar el matrimonio, prolongar su "vida de soltero", como lo había dicho tan fríamente. Y yo, en mi
a desestimado mis preocupaciones con una palmadita condescendiente en la cabeza, o un suspiro dramático sobre mi "falta de fe" en su genio. Había acumulado deudas de su estilo de vida extravagante, deudas q
, prodigando regalos y atención a Brenda. La ironía era un sabor amargo en mi boca. Se suponía que estábamos construyendo un fu
te fuera de alcance. Mis sueños no solo se hicieron añicos; implosionaron, dejando solo polvo y desesperación. Una tristeza profunda,nto, Brenda soltó
chado. Cárgame, mi amor. Apenas puedo caminar -hizo un
suave cabello rubio rozando su mejilla. Mi yo magullado y adolorido se quedó rígido, invisible. Hacía solo unas horas, me había caído, había estado adolorida, y él me había colgado. Ah
estaba muerto. Salí cojeando de nuevo a la lluvia, ajustándome la chamarra. Mi tobillo herido gritaba
a un susu
l. Creo que podría estar roto. Estoy atrapada, a kil
silencio. Luego,
e tener un pequeño accidente y le prometí que l
é, mi voz quebrándose-. No p
su tono ahora impaciente-. Tienes dinero. Llama a un taxi. O a una ambula
s palabras escapando antes de que pudiera deten
inhalación
a. No sé de qué hablas. Tengo
, por
finalidad en su tono que
axi. No voy a ir. Tengo que cuidar de
se sintió como el sonido de
ndose con las lágrimas frescas que finalmente comenzaron a caer. El dolor en mi tobillo era insoportable
nderecé los hombros y comencé a cojear hacia la entrada de urgencias más cercana. Me arreglaría. Sobreviviría a esto. Y luego, empezaría de nuevo. Por primera ve

GOOGLE PLAY