ista de An
ica lo suficientemente fuerte como para distraerme momentáneamente del caos en mi mente y del ardor en mis entrañas. Me arrastré fuera de la bañera, mis músculos gritan
la furia de Agustín. La habitación era un desastre, almohadas rasgadas, lámparas volcadas, un caos que
alrededor. Mi visión se nubló ligeramente, mi cabeza nadaba por el frío y el dolor, pero trope
te central una maravilla en forma de lágrima rodeada de piedras más pequeñas e intrincadamente engastadas. Había aparecido en Vogue México, una obra maes
do y un cuarteto de cuerdas tocando nuestra canción de bodas. Habló de nuevos comienzos, de reconstruir lo que habíamos perdido, de un amor más fuerte que cualquier error. Me había colmado de re
abía sido un momento de debilidad, una aberración. Parecía tan genuinamente arrepentido, tan desesperado por expiar. Se habí
ente, todo se convertía en monumentales focos rojos, prueba de su engaño inherente. El trauma de mi infancia, la forma en que mi mundo se hizo añicos cuando mi madre se suicidó después de que mi padre
a cruel, una manifestación física de la podredumbre emocional que se había instalado después de la primera traición de Agustín. Era un reloj en cuenta regresiva,
da. Necesitaba ver si realmente cambiaría, si su amor posesivo era genuino, o si era solo otra faceta
ón vacía, agarrando el collar-. Pero lo hiciste, ¿no? Me abandonas
to. ¿Cómo pudo haberse alejado de mí, de todo lo que constru
orcé mis ojos a enfocar. "Para Anahí, mi único y verdadero amor. Que esto sea un símbolo de nuestro lazo inquebrantable. Tuyo por siemp
punzadas de dolor a través de mis entrañas. Se sentía como si mil pequeñas agujas me perforaran el estómago, una agonía familia
discordante en el silencio sofocante. Lo levanté, mis dedo
entos caros, brillaba desde la pantalla. Estaba recostada sobre un elegante Porsche negro, con los labios entreabiertos en un puchero sensual. E
semana pasada, afirmando que era una inversión. Miré la imagen, luego volví a mirar el collar "Abrazo Estelar" en mi mano.
o. "Él siempre vuelve a lo que realmente desea, Anahí. Tú
ismo que tuve cuando mi madre se fue. El mundo fuera de la recámara se desvaneció. Todo lo que quedaba era el dolor pu

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