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Historia

Capítulo 4

Palabras:826    |    Actualizado en: Hoy, a las 17:51

saturaba la cocina, apenas enmascarando el olor

taba en

a v

endo una olla, usando un delantal que se

-dijo, su voz empalagosa-. Por

odi

de ratas. Merez

os brazos cruzados sobre el

cinando -dije fríamen

contra el borde-. A Dante le encanta mi arrabbiat

illando con una mali

u comida. ¿Siquie

lo

ilenciosos, comidas en el frío comedor

ntró en

el labio de donde l

líneas alrededor de

bien

me

mostrador donde Sofí

su atención como un g

, ofreciéndol

la

pro

n -g

iejos tiempos

tí inv

a en mi pr

re -dije, girá

a una orden, baja y vibrante de

comer vidr

steniendo la olla

por favor. L

op

ación digna

anchó en abso

eó hacia

roja hirviendo

to ha

i ve

gritó *

í lo suficient

mis piernas, empapando i

dolor agudo, abra

-¡Dios mío! ¡

ate,

tan vicioso, tan

de que la olla siqu

hacia n

acia qui

iendo su muñeca como si

to tanto! ¡Se me

agarrando mi p

tación

dejarla

ojos se pusie

edé f

na ap

pr

El

Dante fue

etuvo e

amada, ignorando los gritos de S

ramó al personal que h

cocina, su p

scuchando el ritmo frenético

aterr

r

un momento, me permit

a de estar y me a

n tijera

s jeans para alejar

uaves, pero temb

murmuró-. Est

llegó minu

segundo grado, dolorosas per

ntras el doctor v

dillado a mi lado

asó? -p

arrojó

parp

Qu

ronca-. Me miró a los

ciéndose a medida que el miedo retroc

tropez

vieras -dije-. La escuché, Dan

só una mano

aranoia. Es una viuda en

! -grité, trata

e reemp

uelta-. ¡Está sola! ¿Por qué no pu

osa. Es p

cortó más profundo

que esta

e yo era l

ontra los coji

-sus

ena

Ve

ró por un l

e giró

er cómo es

su e

be

su esposa l

en mi pierna palpitand

me c

a la víctima, yo siem

al

no era sol

a nece

itaba

que ella

que yo la m

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