es fluorescentes zumbaban con una frecuencia que inducía dolor de cab

iernas. Había dado su declaración. Los oficiales estaban impresionados, pero sospechosos. Una mu

or separado para proporcionar un relato de testigo. Estaba de pie en una burbuja de silencio; el caos de l

mplemente la había observado con esos fríos ojos grise

itán, se giró. Caminó hacia la salida,

una p

s imponente. Pero también vio la tensión en

ncia único -dijo Eliseo. No era

ciudad -respondió

se desvió a su rostro. Parecía estar buscando algo: m

ano temblando ligeramente. Fue un movimiento m

la forma en que sus pupilas eran ligeramente desiguales en reacción a las

temblor -dijo suavemente-. Y la mi

on en su gemelo. Sus ojos se agudizaron,

isc

ficiales cercanos no oyeran-. Es inflamación sistémica desencadenando un pico neur

ía visto a los mejores especialistas en Suiza. Ninguno de ellos lo

exigió, su voz

e pie, recogiendo su maleta-. Prueba co

cia la salida, sus tacones hacien

dolor en su cabeza palpitaba, un recor

apareció

está lis

ato. Observó las puertas aut

da -dijo

Se

iero un dossier completo. Dónde naci

¿Consiguió

probando el peso de l