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Historia
Prisionera de tu alma

Prisionera de tu alma

Autor: Elizabeth v
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Capítulo 1 Triunfo y fracaso

Palabras:2193    |    Actualizado en: 19/08/2021

“Triunfo

ali

i cocina levanta un poco mi ánimo. Eran días grises porque cada mañana sentía que me faltaba algo, pero ese pensamiento lo hubiera conservado para mí, ya que ni mi mejor amiga pudo guardar e

a un terapeuta para que

Entiendan que se fue a perseguir su sueño, y

dado siempre de Peter y su familia, luego se va

papá, no es

te de él —ac

as abuela.

er, ese chico por el cual nos mentiste

igas eso de nue

mos que quedaste afectada por lo que sucedió y que

que nunca me hacía preguntas, que no se preocupaba por mí, me llevara engañada a una intervención, para la cual todos se habían puesto de

vista de la ciudad: las mujeres cargando a sus bebes, la gente comprando en el supermercado. Y entonces, Peter regresa a mi cabeza: un dulce recuerdo de su chaqueta de cuero color negra, el cual intento, pero no puedo quitármelo de la cabeza;

s después, llego

engo cita con l

bre por

lia S

uida la llamo —termina diciend

comparte este piso con dos colegas de su rama, y me sorprendo de que alguien que lo tiene todo comp

doctora Garner la espe

parándome y avanzando

tame ¿cómo te encuentras

noche han ido desapareciendo —com

con su expresión a

por la lluvia, verá no me gust

te sientes

algo —le digo

s tienen mayor índice de muertes prematuras en los individuos. Te cuento esto po

suicidarme y segundo lo que hice por la familia Miller fue mi decisión y nada tiene que ver m

o del clima a muchas personas jóvenes como tú y sobre lo que hiciste por esa familia déjame decirte que f

ien que me valoraba de hech

Qui

l corazón. Para nosotros solo

se encuen

do sus sueños —digo mi

no sales a distraerte co

nte me arrepiento de haberle dicho eso, ya que durante el resto de la hora me puso ej

n de ser un problema Natalia —eso me dice mi terapeuta, quien solo me escucha por di

só la hora —le digo mientras me levan

a mi vida si Peter no se hubiera ido?... Tal vez estaríamos juntos o quizás ya lo hubiera olvidado. Camino a casa iría al ginecólogo para un

e necesitaba aprobación se le ve más libre y positivo y eso me llenaba de una profunda nostalgia, porque acaso ¿alguna vez me había

había cambiado, estaba en un nuevo departamento también en un nuevo trabajo como catadora de vinos. Todo porque quer

o helado, así que decido no perder la oportunidad

r favor —le dije al

un cono de helado enorme con do

ntenso a uva. Está muy bueno —l

uno de nuestros ingredientes es artificial —entonces me señala la pequeña exhibición

y como ambos observábamos a la ciudad tomando su ritmo y al instante él besó mis manos con tal devoción que rozo mis dedos en sus labios y luego tomo mi mano derecha para

ia el consultorio de la ginecóloga. La pantalla de mi celu

olvidado a Francis un día sábado tan gris como hoy, p

atienden rápido porque no

o ha sido regular? —me dice la do

o dos veces, duele mucho y es muy abundante—le

cuando pongo mi expresión de susto —Pero relájate son

ero d

ré e indicaré todo ¿bien? —

te un tratamiento por 4 meses d

la verdad es primera ve

ecerán de tu ovario, así qu

idea de có

lo. También necesito que rebuscas un poco el estrés, si estás pas

bueno para mí —menciono

buena comida y el tratamiento te veo en tres

stamente no quiero reflexionar sobre el hecho de encontrarme sola y sin el apoyo de mi familia, más

arque solitario la llamada e

la —co

on la terapeuta y mi con los quistes que hasta se me olvido respon

ientras corre extendiendo

ucho —me dice

ión un par de semanas ¿cóm

donde habíamos quedado y supus

—le s

ro o a mi club para burlarnos de los clientes mientras lanzan s

cosas, no quiero ver TV, tampoco tomar vino c

pasa su brazo encima de mis ho

eterna seducción de chi

lio, le puse de todo —me dice mirándome y lo mi

¿qué t

algo irritada, pero Francis me toma

… —me dice Francis con sus oj

ovario y debo tomar tratamiento —le digo

do vámonos —me dice y antes de qu

nora entonces rodeo su cuello co

mucho decidí empezar ahora mismo—me

e tanto —le digo mient

abes, además solo preten

as eso

lio e innovador que el anterior. Observe desde el piso de mármol hasta las ventanas inte

tarte los tacones y p

nas zapatillas c

mientras me abraza y despeina el cabel

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