en el mismo parque de siempre a que llegue. La única persona que sé muy bien que me apoyará en este momento, al h
ueño hermano de cuatro años, tan solo tengo dieciséis años. El sol s
na pequeña niña se m
ansada, mis ojos irritados y un vacío en mi pecho
que pueda preguntar quién lo envió. Como soy demasiada curiosa abro el sobre y
tan fuerte ese amor como para no engañarte. Te engañé varías veces, no solo una, cada vez que impedía que nos encontráramos eran una vez que te e
: Ar
Ma
termina de desmoronar. Lágrimas y más lág
hago mis necesidades matutinas, cuando salgo con una toalla envolviendo mi cuerpo, busco en mi clóset una cami
so en el sueño-recuerdo, suspiro pesadamente. Cuando termino de hacer
ormilón de seguro de qued
abios y pongo cara enojada. La verdad es que es muy difícil estar mucho tiempo enojada con él. Ese niño desd
e era huérfano cuando adulto y de la familia de mi madre solo recibí un fuerte rechazo. Nadie nos quería y no querían car
o que llevarte al colegio—él a
ba y me permito reír de su reacción. Cuando Alex se arregla n
reojo como traga saliva y asiente—¿qué te dije de no dormir t
tiempo cuando juego, y no me fijé en la h
por esta semana, nada de videojuegos—él asiente tris
Si
copiloto en el coche—sabes que te amo ¿cie
a—beso su mejilla y cuando cierra la puerta al s
r mi jefe Eric Russell. Es buen jefe, aunque demasiado frío cuando
o y también veo como un auto viene hacia mí. Cierro los ojos y siento el impacto,
s unos ojos avellana me miran molestos. Alto, muy alto es este tipo. Tiene brazos fuertes. Joder, este tipo esta impresionante, pero mi
mi auto?—se queja el much
ponsable, casi me quita la vida y me pelea por su estúpido auto, ¡por su auto! El mío quedo peor y no es
ueado—su auto—yo lo miro enojada. Llama a que vengan po
y furioso—le digo con burla. Él enarca una ceja que parece más hermosa que la mía. Tiene largas p
molesta. Él me observa divertido. Como detesto que
error. Lo veo hacer una mueca y enfoca
e llama, señorita chiste
rgo, voy tarde al trabajo—digo cuan
opone él y creo que la cara horroriz
a—suelto y llamo a un taxi h
sta la empresa. En el transcurso sólo pienso en ese idiota y en que por su culpa tendré más deudas, ¡agh! Maldit
siempre ha querido mi puesto de secretaría. Ella cree que nadie l
e arriba hacia abajo—¿Qué se te o
llegado?—preg
onriendo con malicia, alguna ment
timo piso, rogando que mi jefe este de buen humor como para soportar mi t
fría hace que
ero quiero mi empleo y además lo respeto demasiado. Tal vez es frío, pero en los cuatro
cual llegó ta
—me mira sorprendido y me
en?—sonrí
stima que haya idiotas que con
momento, si entran como Juan por su casa no se preocupe—asiento y me dispongo a hacer
da y le sonrío, d
co la lengua y ell
b donde trabajo cómo stripper. Su traje terminó hecho añicos en una pelea con otra chica, des
rme más cómoda en la silla—¿encontraste
a—si no consigo nada este mes, Peter y yo estaremos en la calle—su
ongo emocionada—podremos estar más
ía abusar de tu confianza—
as. Sabes por qué no la vendo. Además, me podrías ayudar con los gasto
ría incómodo con todo es
ría genial teniendo en cuenta que Peter también v
o crees que me puedo mudar?—pienso, hoy tengo el
que termine tu turno
antes de que me despidan y a
ca la lengua y y
do algunas horas porque siento mis dedos gastados, dos figuras entran cómo flash a la oficina de mi jefe, apuesto a que son sus hijos. Malditos maleducados,
ando mi vestimenta. Camino a paso decidido hasta la puerta la cuál toco y hasta que e
ñor Russell—camino hasta coloc
ñantes, el oxígeno se marcha de mis
¿no lo cree señorita malos chistes?—respiro varias veces, no pensé que el idiot
o que estoy