img El perverso juego del Rey  /  Capítulo 3 2 | 3.85%
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Historia

Capítulo 3 2

Palabras:6009    |    Actualizado en: 30/10/2021

ualidad, determina tu

ulio

s horas de sueño a mi lado durmiendo tranquilamente.

30

dormir demasiado pero no por eso iba a despertar a Amaia, por lo que salí de la habitac

hico de l

s se escribía con ese chico. Al final ambas habíamos convencido a mamá de dejarla ir a la dichosa fiesta y,

a a la casa llena de chicas y chicos ebrios y ansiosos. La encontré luego de una larga

e sacó arrastrada y no

a para que viera la conversación con su amiga—

no te h

ato se cruzó de brazos y apartó la mirada como si

¿Por qué no me escribe

arte de chicos en esa edad solamente buscaban

experimentar las cosas por su cuenta y si

le escr

si fuera lo más obvio—, él fue el que me arrinco

ada logrando que riera—, creo que pasar tant

agua. Emyli se encogió de hombros mient

a garganta seca

de viaje a la c

mientras asentía dándome la razón—. No me emociona tanto, si me hace f

sarte con Austin?—pr

ninguna de las dos, pero no me interesaba buscar una tercera. Mamá había pasado 15 años de mi v

o es un m

gunte—reprochó Emyli e

abía evitado hacer

ería casarm

una opción. Pero Austin era la mía. No sabía si él conocía o no el plan de nuestras

or sonar

las cualidades para ser un buen esposo, me había dicho que se iría de Terry y, tal vez

ía la pregunta: ¿Quer

o la atenta mirada de mi herm

lo que crees que le

hacen,

cubrió la boca y miró a la puerta como si no se creyera que no e

así se veía linda. Yo en cambio siempre tenía que c

hablando c

yo nos habíamos quedado muy en silencio. Amaia e

sentido y no iba a darle importan

rque la cocina es el lugar perfe

la situación se pone muy—bajo y subió sus

unos minutos Emyli pregunto por lo que llevaría Amaia al hotel donde

a sus palabras no podía dejar de pensar que a lo mejor

udarme para tener un mejor futu

aia no dejaba de decir lo feliz que estaba de poder salir de fiesta cada noche, de bebe

gas hacía mucho calor y no planeaba estar sudando todo el líqui

to mientras que Emyli y Amaia iban cantando a mi lado una

or, estaba preocupada por mí, pero, me alegraba que se estuviera esf

arme si me alejaba de casa, pero, estaba segura que no iba a pasarme nada malo. A final de cue

os maletas llenas de ropa de su hija mientras la ab

muro con su cara entre

acariciando su cabello castaño—, ya

de susurrar en un tono confidencia

í div

… había hecho cosas que no podía en la fiesta, pero, Emyli debía vivi

te acostumbres a el

que se le habían escapado. Mamá me paso una mochila algo grande do

as a cuidarte—mu

tiendo como su corazón latí

aseguré—, cuida d

gual que mamá, pero, ella sabía de lo que

pretó con algo de fuerza—. Eira,

lo h

después de todo, era mi madre y era

rándose de mi para que pudiera ver sus ojos castañ

—aseguré con

Cuidate mucho hija, no hagas nada mal

spera porque estaba por comenzar la hora de abordar, así que me despedí de mamá, Emyli

l avión que haría una escala en Denver, C

por la ventana hacia la pista y a un avión cercano, según mi am

onmigo?—preguntó Amaia de

cabeza por no haber do

auriculares—, pero es un viaje algo largo, así q

enzar a encenderse al igual que la voz de una azafata que explicaba lo que debíamos hac

nzaba a avanzar por la pista muy lentamente—,

confundida mientras que ella con una sonrisa

de plata con una pequeña cruz. Era algo delicado pero her

s le agradecería

varias ciudades. Al llegar a Denver bajamos de nuevo al aeropuerto solamente por

ato y a mí me entraron muchas ganas de ir al baño. Trate de aguantar pero, cua

me impulse para abrirla como si fuera el baño de la universidad pero entonces, la pue

si

staba perfectamente peinado. A pesar de haberme disculpado él me miró como si yo fuera lo peor que había

rnas de estar sentada y el cuello pero no por eso

o reducido con un montón de desconocidos pero

, yo no tenía ganas de entrar en una discusión con un desconoc

n otro evento. Me senté y recosté mi cabez

lpe, s

o voltear la mirada al pasillo donde había

egunte c

egura de que Amaia tampoco porq

sted—me tendió

ata como si de repente no se h

explicarle—pero yo

mujer amablemente—

fundida—, ¿No es de casualid

enviándole cosas como bebidas o comidas a ella. Cosa que mi amiga disfrutaba, cl

me enviará algo era mu

de los pasajeros me dio la orden expresa de

do esto er

to a la cabeza. ¿Y si la enviaba el hombre del baño?, no… podía ser él. Había sido d

nzó a explicar la azafata al ver que no le decía na

hombre que le pidi

ombre—confesó—. Pero por lo que s

cómo

r si había sido él o… algún otro pasajero sin ningún otr

ivo. Cabello negro, ojos c

tí, era él

copa con una so

vino?, lo último que me hubiera esperado era este gesto luego

conocía y que seguramente no volvería a ver. A lo mejor había ten

ido. Contuve una sonrisa al darme cuenta que en realidad me g

de la copa sentí a Ama

no?—preguntó

mucho. No me gustaba en general el sabor

tí omitiendo la parte de que algu

sorpresa antes de sonreí

s entrar en el mundo del alcohol—ca

quedaba en la copa de un solo trago. SI me cruzaba con él

r en el mundo d

o de bajar me tomó de la mano emocionada antes de arrastrarme entr

tó se

siguientes días y de lo mucho que íbamos a hacer. Al llegar a un hotel muy gr

o la mirada de las personas a nuestro alrededor

vertida—, pero yo

aburrida

s?—sentí mi celular vibrar—. No puede

ia estaba recibiendo las llaves para alejarme de ella y hab

Qué tal el vuelo?, ¿Les paso algo

ndía, de hecho, me hacía sentir bien q

as—. No nos pasó nada—exceptuando lo del bañ

via escuchar esto—confe

para ver a Amaia mirando su celular al lado del

ujo

está g

i ambiente—confesé escuchando la música qu

liviada por mi respuesta—. ¿Ya

ecorrer la ciudad—mentí, es

se interrumpió a ella misma—. ¡Los Collins están llegando!—gri

ecirle algo?—pregunte confu

era c

No es como que me importará demasiado lo que Austin tuviera que decir r

emocionada—. Ya tengo que

nada porque ella mi

Austin. Suspire y guarde mi celular antes de acercarme a Amaia que estaba habland

una coleta antes de que ambas fuéramos a dar una vuelta por la

el rumor de que sales a esco

ir, pero Amaia me miraba fijamente sin

o más ilógico del mundo—

caramelados en una cafetería—parecía

solas con Austin fue el día que fui a visitar a papá que estaba esperándote en

parecía ilógico que se hubiera esparcido un rumor tan ridículo. Era

rato—. Si yo fuera hombre y te tuviera enfren

reí al

os en el hotel antes de volver a la habitación para que Amaia se alis

os y cuidando a mi amiga de un montón de aprovechados, p

e quedaba sobre la mitad del muslo, no era tan ajustado co

o de comer al

ella me dijo que me esperaría en la habitación y yo s

ente a mi cualquier impulso de ir abajo desapa

ue fuera solo una horrible coincidencia, p

gradable co

e hubiera gustado hacer algo más q

tivo. Parecía tener un par de años más que yo, pero parecía ser m

aceptar su gesto y agradecérselo s

iro la mano para que las puert

edia sonrisa—, aunque supongo

dice?—pregunt

bviedad—, debió de disgustarle lo suficien

o no era lo que había pasado, pero, ¿Có

avergonzada—, es solo qu

—. Lamento haber entendido mal la situación, p

e sonreír al adivinar la intención del gesto, pe

ño muy atractivo, amable y que me hacía senti

é rápidamente—, todo

sa para tratar mal a nadie—dio un paso ace

aba en el marco del ascensor, con una mano contra la ranura de la puerta para que estas no se cerrarán y con la cab

pasaba?, es

compostura—, acepto sus disculpas y espero

uro que

do las hizo parecer mucho más intensas

no había venido aquí para ser el entretenimiento de, p

buena noc

o que me interesará demasiado sabe

spondió él con una

a buena noche,

ente, s

taba usando lo mismo que había dic

e sus ojos ponían sobre mí, como si me retará a irme sin deci

a ser el entretenimiento de un hombre. Venía a

bién buena noche

do las ganas de ir a por un postre y solamente quería mantener lejos a aq

e nos das lo que merecemos. ¿Pero podrías p

sonrisa, ya enfundada en su lindo vestido y con u

s ojos antes de hacer u

—as

muy ajustada ni muy reveladora, un jean y unos te

nte por no perder el tiempo pidiéndome que me c

e vibraba en los pies y que tenía un segundo piso destinad

ar una botella de vodka. Estuvo 15 minutos conmigo mientras ella b

de una cabellera rubia se movía al ritmo

ido. Solamente estaría aquí hasta que Amaia se cans

la caminata que habí

burrida aunque no quitaba la vista de Amaia que ahora se contoneaba c

señorita Adams—habló una voz muy cerca de mí—,

amiseta blanca ligeramente abierta y la parte inferior

able sobre la mús

ueríamos porque, aquí estaba él ora vez, toma

uta del

udiera controlar todo lo que quisiera con tal de hacerse sentir. Pero

isfruta bastante

beso con el mismo tipo con el que había estado bail

divertido—. ¿No l

ipo de ambi

a estar en una fiesta, bar o discoteca, pero no me gustaba que Amaia es

ría vol

su ambiente?,

usado para él y el que había usado Amaia para mí, fruncí el ceño pero ante

personas para comenza

traños y muy confiados bebiendo

gares—alzo la vista para verme

omo si disfrutará la sensación de decirme así, decía cada s

qué es

re él, como si no se creyeran que hubiera elegido sentarse aquí donde una c

que yo tampoc

a e ilógica del mundo. Puso su codo sobre la mesa y apoy

para protege

hubiera podido escucha

omo si hubiera escuchado mal. Él asi

n lugar como este—aseguró casi serio—, cualquiera querría apr

una sola mirada—aseguré con obviedad—, h

a como para darle más secretismo a lo que diría—. No se da

. Una muy graciosa carcajada ante la

ban a Amaia cuando estaba conmigo y cuando se fue t

d el que se eq

e la hambruna mundial en mi cara o algo similar. Me encogí de hombros y mire ha

scuche—. Señorita Adams—alzó la voz para que lo viera y de mala gana lo hice—, no se nec

creo

tanto se quiénes y que es lo que ordenan. Desde que se sentó ha

preguntar porque no me habían llegado si es que era verdad pero la respuesta llego

hace cuánto que sa

do, menos aun cuando no lo conocía de nada. ¿

ranquilamente, luego otra y otra al pasar

n una completa desconocida cuando estaba segura que podía te

ría de mí?, fuera lo que fuera de

ingún lado, mierda. ¿Ahora donde se había metido?, si la encontraba

a a su

a volviera la vista a donde él estaba

irritada porque Amaia desapareci

, si la busca puedo ayudarle a que mi

er su equipo qu

rió abiertamente viéndose bien e

ón sonaba tentadora porque no tendría que pasearme entre la gente

ra tan

seguramente hizo que su equipo de segu

r qué me ayudaba?, ¿Por qué había decidido sentarse

aba, menos sentid

antes de que llegara un hombre alt

stablecimiento desde hace t

ormación. Amaia se había ido, me

o haberme dejado sola, la había visto ebria

con la mirada y baje entre las personas, empujando hast

jado mi celular

tonces ella tenía que encontrarme, ¿

yo podía pedir todo lo que quisiera, no quise pensar en eso mientras espera

ita y sentí que me molestaba

de quedaba el hotel, pero me daba igual

hizo que quisiera lanzarme debajo

o conocía no me había hecho nada ni me había insinuado nada

en el asiento de enfrente y yo baje el auto para que el

a mi amiga y sabía que ella no me abandonaría sin razón, espe

staba en el hotel o no habr

ra cosa que no fuera encontrar a mi amiga. Tome el ascensor y me baje en el piso de nuestr

rataba de Amaia y un sujeto que es

aba bien, pero, mañan

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