img Un pecado que pagar  /  Capítulo 5 Cuatro | 11.90%
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Historia

Capítulo 5 Cuatro

Palabras:2293    |    Actualizado en: 12/12/2021

a mente —¡No!, tu no puedes e

beza mientras abrazaba sus piernas dejand

elia con dificultad se paró y abrió, Sarah la observó ho

urró y se alejó, serró detrás de e

to miedo en toda mi

e esté cansado y yo OS haré d

xtendió su mano a su amiga quien dep

su cama con él test en mano. Una inmensa rabia la inundó, arrojó él test con

one que me tomé la

ndo, tranquila — Sarah temerosa in

r estúpida!— giró y de deslizó en

ver a su amiga así pero sobre todo sin poder ayu

elia alzó la cabeza y miró a su ami

so Dios deja que él haga lo que tenga que hacer —Sar

l hecho de qu

que Dios es un Dios bonda

ortada —No quiero nada más con él

cuando estés list

mo — Celia se paró con dificultad trata

ayera desmayada. — Celia mirame, no te desmayes, recuerd

ohol —suplicó mareada. Se acostó y su amiga b

a. Le costaba creer que estaba embarazada, saber eso

pasos eran sumamente lentos ya que n

al verlo sentado en su escritorio. — Hola — se

cómo que est

....

su garganta y fue tanta la p

su rostro sudado. —Debo d

la universidad. Al mirar la hora se dio cuenta de que había perdido l

tra vez. Tal vez quisiese dejarla atrás pero eso no impedía que se preocupara al c

nía ni tuvo nada con Caroline pero

ada ya que era la hora del almuerzo. Frenó en seco al sus ojos caer s

ientras sollozaba. Santiago notó sus ojeras y lo rojo que estaban sus ojos ¿qué

él pecho de él, no le había dicho nada y tampo

za había un mar de preguntas, ¿tan rápido me reemplazó?, juntó sus manos bajo su ba

lícula, estarías de parte del a

más asegurada, además na

ido no traicionaremos al protagonista, nuestra vida está asegurada y c

contigo pero ya r

versidad con la vista en su cell la

es ahí?—

creaste él amor dime ¿por qué tiene que ser difícil? ¿por qué amamos

a secó rápidamente, tecleó su celular cambiand

la sobre saltó, retiró rápidamen

r quien era. Sus miradas se clavaron y los dos observ

e y contuvo sus ganas de vomitar

eso, quieres que te..— Santiag

cabeza y vio a Mike acercarse. — Mi

de Celia se acercó rápidamente. —¿E

a apretó él brazo de Mike quien la llevó agarrada del b

a que como todo humano aveces solemos amar a la persona equivocada, es como dice él dicho «Quien me quiere no lo quiero

a Mike, ya me imaginó su cara — carcajeó Sarah tratando de animarla. —. Bueno

des que la cosa es que no quiero ver a ese homb

engañas? a Sarah, ja, sólo estás resentida porque te cortó pero ése

ó alrededor. —no he teni

barbilla con un dedo mientras daba

te deprimas, no le des ninguna explicación a nadie de la iglesia, mañana no quiero verte con c

señora, una semana después de que

a vez, luego de que se lo digas t

uficiente era lo único que tenía por ahora y si de algo Celia estaba segura era de que sus padres no la

encontró con Caroline qui

para irse. Caroline le to

no ya que estamos terminando éste año, me lo suplicó p

ojos. —¿Y?, eso a mi ¿qué?, te recuerdo que n

que no fue m

ar su molestia vio esa cara angelical riendo a carcajadas como la más feliz del mundo. No pudo evitar

sejo de amor!—exclamó a carcajadas. Les pa

que diga que cambiará por ti porque eso sólo cotorras para enredar

empieza termina

ue voy hacer

tas Celia, recuerdo que me pedist

ue no le encuentro melodía —e

juntos — p

la

er, ya estaba hecho ¿no?, arrancó la ca

respiró profundo y salió del baño, caminó con mucha prisa, al llegar a la sali

acepta que sólo por no tenerme ha

anga hasta los codos. Entró y su corazón se detuvo al verlo, duró unos minutos observándolo antes de dejarse ser vista y saludar, llevaba una sola pieza de la bata de hospital

ra ella era una tortura pero sabía qu

normal pero quedó comple

do el techo, era algo que solían hace

ta como si estuvieras sola g

s fuerzas cuando e

escucharla. — ¿Es

no lo odio sólo que no lo soporto siempre

e callará tienes tie

nsar. Ya no quería torturarse m

como platos mirándola

idamente y se acercó mientras tomaba unas cosas, le levantó la bl

ntó Santiago mirá

ría. Celia observó a Santiago hacer todo calladamente, el dolor que sentía al él no decir nada era poco delante

rada, no podía no preguntar cuando por d

la Dra Masson. —Doctor, l

i lo desease, lo necesitaba, necesitaba respirar y pensar en esa noti

os

ora pero no te confíes ni lo tomes al revé

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