Las luces del amanecer

iré a

n curiosa sin la capacid

pondió dando un paso hacía atrás para no mirarla a esos ojos que lo miraban de

e—. Tal vez tu lo hiciste, y ahora lo estas pagando por la de veces que lloré por las noches sintiendo que soy insuficiente y no valorarme, solo por tu culpa. Y ahora tú ¡eres el ú

cabizbajo mientras se alejaba evitan

olo supie

do habia vuelto a caer en las garras del amor pero esta vez sentía que iba a ser distinto, incluso si no lo fuera, queria

olable aquí mismo y ahora!—le agarró su mano colocándola en medio de su pecho sintiendo como su corazón golpeaba acelaradamente al igual qué el de ella—No puedo sin ti ni tu tampoco podrás, lo