ntre gemidos de dolor— no sé por qué no hice ca

que ese infeliz, algo le habían puesto en su bebida y eso era lo que la tenía en ese estado, no obstante, tom

contra su boca reventándole los labios y botándolo hacia a

le dijo Amand

gar a la calle, sacó su teléfono celular y llamó al chofer de su casa y le

ra que le sirviera de conductor cuando lo necesitara, por eso vivía en una casita al fondo de la propi

horrores y que la lengua se le trababa al decir alguna palabra,

y se encontraba a la vuelta de la esquina de la call

y sabía que de un momento a otro podía perder el sentido, luchaba con ella mi

ía darse por vencida en ese momento, tenía que

e había puesto algo en su bebida, seguramente con

a la cama, la mayor parte de las veces que estuvieron juntos, ella tenía que hacer verdade

accedía a ser suya, aunque fuera sólo una vez, cuando Amanda le dijo que se olvidara de esas ideas si quería seguir con ella, Jorge le puso un ult

er… es más… si nos encontramos por ahí, evitame la pena de ignorarte, así que ni siquiera me saludes… —le dijo ella c

on sin fuerzas, los ojos se le cerraban sin que pudiera evitarlo, sujeta con todas sus fuerzas, al poste del alu

y un hombre bajó para acercarse a ell

agradable voz— ¿Se encuentra herida…? ¿La asalt

agradable y su voz era cálida y aterciopelada, se notaba preocupado por ella y mientras que con su brazo izquierdo la sujetaba por la cin

lo que haría si se encontrara en un estado normal, así que nuevamente comenzó a respirar y a expirar profundo, viendo que él la observa

e creí que me desmayaba —dijo Amanda tratando de sonreír

o… ¿quiere que la lleve a algún lado? Pongo mi carro a su disposición p

mi… le aseguro que voy a estar bien… e

e mí, soy André

a separándose del brazo que la ceñía por la cint

de llevarla a donde ella quisiera, en ese momento se estac

l chofer con marcado respeto sin entender lo

y mucha suerte… en lo que sea que vaya a hacer —le dijo Amanda

decer… aunque me gust

siento en el momento mismo en que el chofer cerraba la puerta y

ordó el suyo para reemprender su camino. Mientras conducía con hab

trataba de alguna muchacha fiestera que se había pasado de copas, no obstante, no pudo menos q

socorrerla, al tenerla entre sus brazos pudo contemplar su bello rostro más de cerca, y aunque su

el puro placer de estar a su lado un poco más, cuando el auto que venía a buscarla se detuvo, no dudó en pensar que aquella he

un poco más, no importaba si para ello debía burlar al amante

posible, una fuerte punzada en la cabeza se lo impidió, el dolor era intenso y mole

lizó un poco, aspiro profundamente y luego exhaló de manera lent

da, para auxiliarla o para ver si se le ofrecía algo, se subió al auto de su padre y de inmedi

por un brazo y le dijo que ya habían lle

or o a algún doctor? —preguntó inquieto el chofer sin dejar de obser

de que su voz sonara tranquila y segura— es cansancio solamen

o tiene más que dec

se sentía con ganas de hablar— lo mejor es que me vaya a dormi

ervirle… cuan

ar con sus propios pies, y más por instinto que consciente, avanzó hasta las escaleras y subió

staba vestida con la ropa que llevara a su cita, poco a poco

el cuerpo y una sensación de pesadez y cansancio la invadían, ten

que la hiciera avergonzarse y aun así, se sentía sucia, ultrajada, humillada,

ecordara esa noche— “estoy segura que hasta lo de la proposición de matrimonio fue una farsa para que no desconfiara y no estuvie

mi lo que quisiera…” “Tal vez hasta tomar un video de nosotros haciendo conmigo todo lo qu

sar lo que hubiera pasado si hubiera bebido todo lo que me sirvió, tal y com

dejando que el refrescante y tibio líquido la recor

ntía que el agua que brotaba de la regadera envolvía su cuerpo— “Y no creo que haya echado droga en la botella, no, tenía que beber él también p

del baño y después de secar su cuerpo como acostumbraba a