img El señor Sapo y la pareja feliz  /  Capítulo 2 La Romería | 7.14%
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Historia

Capítulo 2 La Romería

Palabras:1355    |    Actualizado en: 01/02/2022

nas treinta y cuatro centímetros, es morena, hecha de pasta de maíz. Los accesorios que complementan su atuendo de peregrina son un pequeño sombrero de paja; debajo de sus manos llevará un r

ntro y fuera de su basílica en Zapopan, uno de los municipios que conforman la

s calles, ahora vende chicles en los cruceros y aprende el negocio familiar. Su apariencia es la de un pordiosero: pantalones de brinca charcos pues la prenda deja al descubierto los tobillos delgados, no hay

Tiene botas negras de trabajo, mezclilla en color gris, chamarra con doble vista, interior oscuro, exterior un cuadrado en color rojo y azul. Wendy no corre con la misma suerte que su acompañante, no hay nada en su bolsa de mano.

entre la gente. El llanto del niño llama la atención del señor Sapo, un hombre obeso que voltea para todos lados. Es un ladrón que conoce su oficio. Se acerca al pequeño y se da cuenta que no lleva la calcomanía de ide

l pequeño para darle consuelo. Betin se une a ellos y todos juntos salen de la comitiva. Matteo se mueve y pesa mucho para una mujer delgada.

Luis, Wendy, Betin y el señor Sapo, desvían su camino rumbo al periférico. Es un día de

inal todos encuentran a sus familiares. La fiesta religiosa dura dos o tres días para todo aquel que quiera presenciar a María en su c

en recompensa en letras grandes para toda persona que de información del pequeño niño italiano. En el noticiario matutino, Ana Brenda pide por la

llora día y noche, balbucea cosas que nadie entiende, apenas sabe algunas palabras en español. Todos se tapan los oídos p

ece a Luis que levanta al niño y lo acomoda sobre las rodillas para nalguearlo. El señor Sapo detiene la mano de Luis. Wendy se encarga de hacer callar al niño.

s y a Wendy y se va. En ausencia del señor Sapo las puertas se abren a las nueve de la noche. Wendy prepara algo para cenar.

s de

n. Carlo ama a su esposa pero empiezan a tener problemas, todos los días reciben llamadas diciendo

e pena. Ella está de nuevo embarazada. Con tanto sufrimiento, cada día se la ve más frágil, delgada y pálida. Carlo quiere que su segundo hijo nazca en Milán. Le pide irse de Mé

año tras año, hasta que un día vengan los dos. Ruega a la Virgen que le permita mirar a su hijo una vez más. Se persigna, limpia sus rodillas. El ruido de los tacones retumba en el templo. Bandadas de palomas vuelan y comen de lo que los peregrinos les ofrecen, el excremento mancha el piso y es por eso que lo

e a Ana Bren

zca su segundo hijo para c

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