o, su corazón palpita

ia no entendiera de el por qué él la ignoró cuando la vió en Italia, no había

si fuera el mismo viento. José Adrián se asustó cuando p

sus ojos no había resentimient

añado a su hija a Brasil supuso que fue allí que conoció a José Adrián, sin embargo ella calló y

ovía la venganza en contra de ella, pues claramente creía

án no quería que Dalia se diera cuenta de que

a a vivir conmigo.—Por supuesto esta petición la t

casarte?—Cuestiona el

...¿Cuánto tiempo? ¿Basta un minuto para saber que

don Thiago Ferreti también a su espo

illante, ella tenía todos los síntomas de

e ella tan solo tiene veinte años.—Al dar esta afirmación José Adrián volvió a v

ería en mi vida, estos días se me han hecho largos y tortuosos.—El padre de Dalia quedó estupefacto como su hija hab

se hable más

ue sus abogados ya estaban allí para casarlos a los dos. Esta vez Dali

uerdo, él dijo : —Tengo otras tres hijas, ¿C

rprendido era su padre. Miró a su h

iana está en España, tu hermana Katrina está terminando su p

, no mis hermanas.—A José Adrián le causó risa

i Funfuruñó.—Dalia, por si no lo ves, s

u padre, este le trató de hacerla

s. ¿Dime tienes que cas

cho eso se sentó al lado de José Adrián Lumbi, este no sintió rechazo por

ente le molestaba que ella haya t

ao papai o qu

o el portugués como el español eran muy parecidos,

la mujer, él acababa de sentir incomodidad al pensar

rimonio de su hija con José Adrián Lumbi,

r de lienzos los puso en el dedo

se fue.—A Dalia le pareció que esta persona e

predecible, realmente se aca

bía visto todo lo que pasó en Brasil con el chico, ahora mismo estaba p

a llorar, mientras que su padre subi

es la crueldad de la vida, ahora estás aquí llorando, sal y v

un tiempo, al día siguiente, Dalia salió de viaje