dormido bien, ya no tengo pesadillas, porque luego de que salgo del trabajo llegó agotada, me ducho, busco que comer, y luego dire

ro parece que sabe hacer bien las cosas, pues e

, y de repente Lina grita diciendo... — Oh, Dios me duele tanto el trasero que está noche dudo mucho que le pueda dar algo de diversión... – Yo casi me atragantó al escucharla pero lo qué encerio me dejó con la quijada en el suelo fue cuando soltó de pronto. — ¿Tu le das diversión a la retaguardia? Ya sabes hacer cosas nuevas... – Luego de decir eso se echó a reír com

a sigue, y sigue, haciendo preguntas que yo jamás responderé. Es una chica que a pesar de lo extrovertida, y alocada es muy i

e traigo aunque no sé si usted en verdad se los coma. – Y ahí está ella, con sus comentarios pesados pero a los que ya me e

tala en los labios de Lina. — Sí, yo misma los hago, gracias. Creo que es lo más amable que me a dicho desde que soy su secretaria. — Lina, ¿Nunca te han dicho lo indiscreta que eres? – Veo su cabeza moverse de forma afirmativa, entonces y

er si me aprueba la propuesta... Hoy conoceré al hom

radezco. La verdad su presencia me incomoda, sobretodo la manera en la que mi cuerpo reacciona con su cercanía. Supongo que el echo de que el f

interrumpe, haciéndome jadear al escuchar de quién se trata. — Por lo que he, escuchado parece que en verdad es buena en su trabajo. Por favor siéntese, quisiera más detalles de su propuesta. – Para este momento e

astre la verdad todo estuvo muy profesional, creo que podr

pesado que e tenido. He tenido que viajar porqué pronto tendremos un nuevo hotel pero en otra ciudad, el jefe me a encargado hacer propaganda, y que todo ahí luzca perfecto... Gracias a Dios Ares y yo apenas y nos hemos visto pero cuando lo hacemos no

stuve serrada a tener amistades o cosas así porque sabía que pronto me iría y no qu

os siempre quieren hablar conmigo, incluso me invitan a un club no

n el poco tiempo que llevo aquí ya la conozco y si ella está tan... Ella,

a dado tiempo de beber ni un solo trago, después de que Sury sé, fuera... Yo caí en un hoy

llo de compromiso que aún llevo en mi dedo... Jamás me lo quitaré, todo el collar de oro que

. — Sí, aquí están... Señorita Spencer, quiero que sepa que si necesita de una amiga, aquí estoy yo. Sé que soy algo medio loca y éso, pero puedo dar consejos buenos... – Sin poder evitarlo, una carcajada sale de mí, haciendo que Lina salte por la impresión. Pero no es una risa de a

. — No le agradezcas, solo ten presente que puedes llorar y moquear cada vez que quieres en mi hombro. – As

o en el rostro de ella. — Por Dios, ignoraré el echo de que dejaste tus... Babas en mi lindo uniforme solo porqué e

gas eso. – Digo acariciando mis oídos. Ella se hunde de hombros restándole importancia. — Lo siento. Pero estoy feliz porque usted, digo... Tú, ya te es