sl
da con las pocas cerve
chicas, después de tanto tiempo metida en casa, sin com
lema er
onreírme, como hace tiempo no lo hacía ningún ho
— preguntó Molly, que estaba
eencuentro de amigas y alguna que otra cosa más. Creo que sería una buena idea,
la cosa, pero ya había aceptado y ta
ienes que contar cosas íntimas tuyas y luego acabas
amos que jugar ?
xperiencia en un tiempo más. Me apetece volverte a ver guapa — el descarado me
ste el puto juego Nate?— le exigía su h
co con Alli, se miraban d
una para que no lo abran antes de tiempo y en el plazo de un año, vendremos todos otra vez, a comprobar si en realidad eran utopías o se volvieron sueños reali
l. Sin embargo, el final del
rtirlas. Así ese alguien puede ser una motivación para no dejar de lograrlas. Una vez al mes, nos
lly y el hermano pequeño le dió el puño
a Allison, tu vas con Leslie y aquí la Court
ejo parejitas — dijo Molly, de
Mientras que yo, en un momento de arranque, me
oy de
ur
estaban locos, pero lo d
para garantizar un polvo mensua
ollada con Jhonny, si decían que era experto en la cama, tenía qu
do al absurdo juego, que nos metería de cabeza a lo que s
de pronto el caliente abogado que me tiraría hoy mismo
sí
imos allá adentro todos los papeles, bien doblados y las chicas y yo, marcamos el número que nos pareció, alguien tenía que saber
turo, a causa de un juego absurdo, que mi hermano se
algo, es incansable hasta que lo consigue. Y si vió en ella, algo más que lo que yo veo, el
a, en la sala de billar. El caos era tan grande allá afuera, que no nos apetecía salir a na
ada y logramos llegar al amanecer
no estaban aquí, cuan
sonreía Nate, complacido — ojito con mi hermana, que no
e grité molesta — es
s vocales, en la b
s — seguía Nate, hasta que me levanté, tomé a su amigo del
tomó a Leslie y sa
boca, de morder esos labios y de sentir esas manos entrando
de lado mi tanga — pero merecerá la pena probar esto — mis manos le arrancaron la camisa y lo
ropa y le ofrecí mis pez
jó los pantalones que yo les safé el cierre
ntras me lo pongo, per
po y justo bajo mi sexo, lo sent
n lado mi tanga negra y se hundió hasta el
s dos, empezó a follarme despiadadamente, sin dejar d
za contra la pared y la espalda subiendo y bajand
o rápido y
rar que no sé ni cómo, me sacó
temblaban y mi
iertos por ellas y mi coño engu
que bien te
ués de dejarme sobre el suelo y q
ndo el aliento y cuando vino, para
as y pegándolo a mi cuerpo. Tomé su mandíbula y le mordí los