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Historia

Capítulo 8 Atenciones.

Palabras:2575    |    Actualizado en: 07/04/2022

les

ente, aún recuerdo su sonrojo cuando me confesó que era virgen, esas palabras fueron un bálsamo para mi corazón, el hecho de haber visto a Sal

e deseo y eso era lo mejor de todo saber que sería mía y de nadie más, pero la sola idea de tenerla

n como espirales en la blanca almohada y su bello rostro, ese que estaba adornado por sus lindos ojos y sus tupidas pestañas, su nariz respingona y esos deliciosos labios

lo suaves que son, soy el hombre más feliz por saber que solo yo he recorrido y besado e

ue estás hac

creo que tenía pesadillas, de s

, des

dejó sin aliento, se dio vuelta y me abrazó. Se apoderó de mi cuerpo de form

í que dormí

me acomodé y dejé que se apoderara de mi cuerpo como ella quisiera, no me op

junto a mí se removió y quedó de lado dándome la espalda. Por favor, Sara, que hicist

atando, pero se

ecorrieron su cuerpo, su pijama o el camisón que uso como pija

su suave piel y ese fue el detonante para mi amigo, que ya estaba duro y listo. Quise apartarme, pero en ese mom

o ves que estoy muriendo,

caño, no soporté más y le di la vuelta me ubiqué sobre ella y no lo va

aste

a mujer no sab

cho para

ara darme los bu

boca. Me la estaba comiendo con mis besos,

e acomodó debajo de mí y una de sus piernas se hiz

u boca y la mi

hagas esto

sé, no me lo re

habitación. Sí que eres estúpido Charles. Salí direc

r a café recién hecho inundó mis fosas nasales. Estuve a punto de

veía tan tierna—. Preparé desayuno, está en la mesa

mo niña traviesa y ese trasero que hacía levantar el camisón un poco más mostrando casi el inicio de sus pompas, aunque ella intentar

os. No sé si lo hacía con inocencia o era a

acias,

ico que p

así que te puedes ca

roceso de vestirme. Oí caer el agua y mi cuerpo empezó a delirar porque quería dejar todo tirado y en

uedes dañar lo que has

elicioso, lo comí todo con muchas ganas, después de terminar lo míni

ue eres el pa

mojado, era como un sueño verla, Sara es única, no se avergonzaba de ella ni de nada de lo que hacía, me encanta eso en ella, en cambi

preci

spués dio una vuelta para qu

mbién por recoger, aunque no te hubier

debes tener muchas cosas para ha

mpre. Me sentí mal cuando la vi quitar su herm

que tu digas, cie

ve, la tomé por el brazo, pero ella no se d

hacer, me siento tan feliz contigo que creo que esto e

hacia mi mano que la sost

pero si tienes compromisos no te

ue este había estado timbrando temprano. Lo miré y lo coloqué en la mesa

n todo y ropa, hasta cuando vas a dejar de ser un cobarde y tomar las riendas de tu vida con ma

i abría la puerta, pero no salió en toda la

ido y salí de

anas a su departamento, quería pensa

pero ella, ella con sus lindos ojos y su bella sonrisa me hacían tomar fuerzas para viajar hasta el universo y

metido tan

y bajé del auto, entré y pedí para llevar, ella había preparado un

las pastas y los mariscos, así que ele

nó una vez más, rayos Emma y su impertinencia, r

i am

e causaba vérti

as estado llaman

ndes de esa manera, que

e llamara de

bien, dime

e que mis padres y yo vamos este fin de se

loca! Miami. Y dejar

poder Emma, voy

cupado? Si ya no tienes

ra y debo resolverlo, es más cuando regreses

Así que tú asunto de trabajo déjalo

verdad n

nes conm

elación con ella... “Un momento, Emma viajó a otra ciudad hace 4 días y nadie le

trabajo y una responsabilidad que cumplir, así que te g

a llamar. Miré a todos lados te

do rechacé su invitación, por primera vez

a botella de vino, no sabía si a Sara le gustaba el vino, así que compre uno dulce y de paso llevé vari

to, toqué el timbre, obvio

e vía tan tierna, ya no tenía puesto el vestido sino unos shortcitos de mezclilla bastante cortos que se perdían en su entrepierna y una blusa de tirantes que le

nsé que n

.

cía soñar despierto, estaba tan sensual qu

edar allí o

izo a un lado para que entrara. No

ta me di la vuelta y

morzar y bebidas, no se cual te

las bolsas y las tomó

la mesada para cambiarme de

de comer y no tienes por qué c

miró c

on estás

y bajé mi rostro hacia el de ell

éjame atenderte. No quise que me mal

strándole el sofá p

dejaré

ariposa. Yo estaba que moría por recorrerla por completo

pasta a la

on los ojos en cu

e gusta la pasta co

io un beso en la mejilla. Me hu

na vez te escuché decir qu

prestarás atenció

ez qu

s platos fui por l

das, no sé cuál de

lo mostré, luego la

varias, todas me

un vi

ce, como

cuando la vi feliz

tó de su vida y de su abuela Adela. Me reí mucho d

namente, le enseño a tener valores y principios, a respetar a otros, pero sobre todo a

ad tiene

rezco de

ad nunca había

r inseguro. Ella necesitaba un chico de su e

lo que estuviera a punto de iniciar, aunque me esté enamor

amiento termin

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