a, tenía personal de servicio por lo que era cómoda, les mostraron sus habitaciones y Javier le dijo que tenía la tarde libre, pero a las ocho de la noch
. Ella había escogido un vestido color verde esmeralda ajustado, con falda lápiz que le llegaba justo por debajo de la rodilla, su largo cabello
ovia y lo felicitaron efusivamente por su acertada elección, Javier no aclaró que era su empleada, por el contrario, pasó su brazo por la cintura de ella y comenzó a caminar manteniéndola muy pegada a su
tomo del brazo a A
blar de negocios, aún tenemos tiempo de
Adelaida se alejó con la agradable
e se co
Los Á
mucho tiem
, apenas c
y importante para él, hemos tenido encuentros en varios
y mucha confianz
tu primera v
s con mi padre, conozco
resante ¿quié
arreras, falleció
ue piloto de carreras, se retiró y ahor
enzaron a disfrutar de una exquisita cena, Javier notaba la desenvoltura que tenía Adelaida durante la cena, sin inmutarse en absoluto ante la gran variedad de cubiertos de oro y cop
y le dij
a caja de
ntonces pensó que tal vez y sin haberlo planeado
allero que los recibió, pero esta vez tomó de la mano a Adelaida para que se quedara a su lado, ambos
egresaremos aquí para presentarte los planos de la ampliación de la fábrica, estoy muy entusia
en el aeropuerto entonces, te
pautado para las seis de la
tengo problema con ese horario. –
orta levantarte mu
eeeh querido
*
taba intrigado por el comportamiento de Ade
tu desempeño d
r no puedo tener
n hablas
itas, a mi padre le preocupaba que si me criaba entre
para alguien m
s meses, nadie en particular porque la
ar una copa co
aclaró que soy su chofer y permitió
n admirando mucho
Dios! Usted
Javier en tono bajo
ondió Adelaida molesta, mient
ación que experimentó cuando tomó la mano de Adelaida y se preguntaba qué otra cosa sentiría si la estrechaba en sus braz
ué q
ero b
se perturbó con su respuesta tan directa y tajan
Por
ón cuando tomé tu mano. Así que con
cuenta usted?, ¿qué h
o, ¿tú qu
irme a dormir porque debo le
azón latía fuertemente nada más con imaginarse en los brazos de su jefe y recibiendo sus besos, llegó a su habitación y cerró con seguro, de pronto pensó que él podía insistir e intentar entrar en su cuarto y allí
o, lo atribuyó todo a la abundante comida, los postres, las bebidas y el oír a su jefe diciendo que quería besarla, se desconcertó porque su plan era
de que ella no se negaría si la tomaba por la cintura y buscaba su boca, quería saber que más podía sentir con ella aparte de ese rápido chispazo que lo sorprendió cuando tomó su mano, fue directamente a su puerta, sin embargo, algo lo detuvo a
*
, dejó que su largo cabello se secara al aire, se maquilló muy suave y tomó los lentes de sol más grandes y oscuros que
jefe –saludó
Adelaida, ¿y
cuando dig
iempo de
ero café,
to, no habrá desa
n así, much
n el viaje a España, Adelaida aún no sabía sus nombres, por lo que se propuso averiguarlo enseguida, se acercó a la
ble de mi parte, pero
tain soy una francesa enamorada de Italia y
Adelaid
spero –señaló Adela
blado de eso,
os separaríamos nunca más, no te diré que es mi alma gemela o mi
más bella que he oído en mi v
nuestros nombres es un buen augurio, s
urante el vuelo hubo una conversación muy animada entre los cuatro, Adelaida evitaba ver directamente a Javier aunque él la miraba insistentemente con esa sonrisa seductora en sus labios, al aterrizar los esperaba un automóvil y al dirigirse hacia el mismo, Javier se las inge
*
ttorio Amaro, besó la mano de las damas y los invitó a todos a una caravana que utilizaba como oficina, allí les explicó los avances de la construcción, algunos inconveniente
aire libre, piscinas, una gran fuente de soda, auditorio, servicios médicos muy completos, laboratorios, talleres y muchos salones de clase muy bien acondici
ban al encargado por su excelente labor, ya cerca de las tres de la tarde, Adelaida se sintió un poco mareada, Javier enseguida supo el porqué de su malestar, ya que no había qu
en, lo que debemos hacer ahora es buscar un buen res
s, con mucho cuidado Javier condujo a Adelaida adentro del restaurante y ante todo pidió una taza de caldo para que ella repusiera fuerzas rápidamente, a medida que lo tomaba el color volvía a su rostro, al poco rato ya estaba muy recuperada
nada para
me, dime tu talla y conseguiré ropa para las dos, solo algo para dormir y