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Historia
NO TE AHOGUES

NO TE AHOGUES

Autor: MelyLim
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Capítulo 1 Prefacio

Palabras:2393    |    Actualizado en: 06/04/2022

, Julio de

s bien cuidadas, sus zapatos eran blancos al igual que el traje que llevaba puesto, era un blanco impecable, tanto que cuando lo miraba

rrumpir su deliciosa comi

mirándose nerviosos el uno al otro. El rey levantó la mirada y l

a a decir algo, pero el rey habló primero. La voz del rey era aterciopel

, el aqua que ha

o quiero enviar un mensaje, trae al mensajero —lo in

El guardia sal

blanca entre sus dedos, al mismo tiempo una hoja del mismo

rtas medidas y cambiar las cosas. Respeto Fred

enemos que responder. —El coronel

quedaremos con lo

e del aqua que ha muerto y para decirl

anos en la barbilla, esperando a

se estremeció—. Un grupo de rebeldes lo asesinó

ey trataba de

eso se desplomó, la enviamos al centro médico del reino, pero aún no ha despertado. La princesa obtuvo quemaduras por todo

me tales noticias?! —Se puso de pie

a era dulce e inocente. ¿Por qué alguien le haría daño? Al rey le dolía sab

enía pecas azules, iguales a las de su madre, la reina Xa

abitación del centro m

eñor —anunció mirando a su sup

uerto nunca imaginé que se trataba de Raen. —El re

le llega hasta los tobillos, se elevó veinte centímetros por encima del suelo, estaba descalza, su cabello era negro flotaba en el aire moviéndose en onda

de la mujer parecía un susurro—. ¿Qué soldado

to, murió mi hijo. —La reina llevó las manos hacia

vayamos al salón y hablemo

ácil de reemplazar, pero un hijo... —Se tocó el pecho dramáticamente y una

apoyes, así como yo lo hice alguna vez contigo —di

que no se olvidan,

tar la muerte de su hijo. Él siempre había buscado la paz y el bienestar para todos, nunca pensó q

e iba a toca

apareció una tercera criatura en la puerta del salón —era la reina de hielo—. Ella era una mujer alta, tenía el cabello gris, ojos grandes completame

eina hizo una reverencia cordi

lweiss tomó su

migo —la voz de Edelweiss hacía que

stros, Edelita! —La reina Eos parec

elando...cosas. —Sonrió—. Detesto que

había o

a otra, no son del todo cariñosas. Hoy necesitamos hacer esta reunión porque la sig

los demás? —cue

legar, mi qu

altaba menos para que la reunión comenzara, cada vez faltaba menos para par

aminando con altanería, la piel verde de ella brillaba lig

darla cordialmente, ella frunció el ceño y sin dudarlo l

gritó el

r. —Se mofó la reina Edelweiss tomando a

e y los ojos de la reina Eos lucían ater

han destruido gran parte de la naturaleza

pelea? —La ferocidad d

ando desapareció y el látigo q

io eliminar algunos. Cuando hago desastres naturales no es contr

o de mi querido Aspú no voy a

a única que quiere eliminarla

de nieve —saludó Gai

dido a mi llamado. —El re

strozado. ¿Quién pudo

ando llegue el

argos envueltos en llamas, sus ojos también ardían y en sus venas corría lava en l

na Eos fue corrie

. —Abrazó a la reina Eos con fuerz

ncuentros —

aludó a su viejo

mos con l

te mi querida Gai

ey del fuego y la reina del viento en la

ara que nos odies tant

n mi tierr

cinco mil años —Parecía que la reina Edelweiss les había dado en donde le

entre nosotros —ordenó el

sentaron a la mesa, esperand

tierra y plantas. Te recibo con g

s mi qu

lo que vuela en el cielo.

toda

y todo lo helado que existe.

spú, eres

de todo lo ardiente. Te

er recibido

de entre las nubes, sean bienvenidos al castillo del

retirarte y vigil

las puertas del s

ongelando las ramas y los picaportes, Eos envío pequeños tornados alrededor, Rawraq una

interrumpir

a voz de Aspú estaba

epulcral inva

asesi

con atención a

l culpable y lo traigan

ió? —cuest

Raen me había mencionado acerca de eso, pero no

d? —La reina Eos se tocó

emaduras en to

de los míos? —pregunt

una lanza de hi

! —se quejó

as piernas y tier

s. —La reina Gaia trató

o la trajo a

erca de lo acontecido?

peramos que despierte de

tó una

lo haya hecho! —La r

o de los nuestros. Pero

ctivarlas y no lo he hecho desde la última guerra, tod

nuncia a creer en nuestra autoridad pueden hacer lo que les plazc

e los míos —El rey

rrocarnos! —

y que lo descubriría. No creí que fuera verdad por eso no le tomé impor

os a los

tu hijo! —Eos

on firmeza apoyand

rey Aspú agradeció y

a contra la mesa y

empo de llorar la muerte de su hijo debidamente, pero con sus amigos reunidos no pudo contenerse más, los cuatro reyes lo miraron c

á sintiendo, cierto Eos

ectam

ntes su dolor.

Eos a la cara con ojos trist

erder a quien amas —con

e, así me ahorro todo el sufr

y de tus

las cui

mis vientos. —Eos se c

apagó el cabello ardiente del rey del fuego con ese abrazo, tornánd

fe Asp. —El rey Rawraq tr

ieve, se reunieron de nuevo los cinco amigos que

era hora de cumplir esa promesa. La paz entre todas las razas acababa de quebrantarse y para evita

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