img De Bailarina a Primera Dama  /  Capítulo 4 Consecuencia | 100.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 4 Consecuencia

Palabras:2047    |    Actualizado en: 09/04/2022

mejillas ¿Qué podía decir? Él estaba demasiado absorto en su odio -Pensé que ibas a cambiar, pero me doy cuenta que es mucho

i amor, e

s tantos con los que te vas a la cama? -Mariana no lo soportó más y le dio una bofetada, tenía todo el derecho de estar en

deseaba hacerte una mujer con dignidad, pero tú vas y te revuelc

d. He cometido muchos errores y si pudiera los camb

a, no tienes n

e me dedicaba y dijiste que no te importaba, que te daba igual. Marcaste un antes y un después ¡si estuve con muchos hombres cuando no e

las escorias, te odio -Carlos se dio la vuelta, no quería escuchar más, Mariana debía estar agradecida con él por q

bre y no merece a alguien como tú que vas por el mundo buscando tipos que te calienten la cama. Eres una cualquiera sin rem

felicitarla, usted ganó. Solo voy a decirle algo 《nadie va a querer tanto a su hijo como yo 》le aseguro que no va a poder olvidarme y que un día ustedes se van a arrepentir de tratarm

era porque todo lo que decía de ello fuese cierto, sino la gente observaba algo y se imaginaba otras cosas. Ella podía decir la cantidad de hombres con los

esa vida le perdonaban las faltas》Cuando estaba pequeña no la dejaban jugar fútbol porque podía en un moviendo brusco perder su virginidad

iño que le tenia, fue hasta que tenía doce años que entendió todo, el muy maldito disfrutaba manosearla. Uns noche escuchó como la hermana de su madre hacia negocios por e

Ignoró la mano extendida para ayudarla se levantó por sí sola, abrió el broche de su vestido y en plena iglesia se quedó sin nada excepto la lencería blanca escogi

dejarla, cuando todo marchaba bien siempre aparecía algo para enseñarle que no nació para ser feliz. Limpió las lágrimas que

a, tal vez solo un poco menos salvaje. Pensó por un momento en intervenir pero la chica demostró no necesitar ser salvada, ni siquiera aceptó s

enó, pero todavía la golpeó, Mariana cayó frente a él y se levantó al mismo tiempo —¿Qué demonios p

ía conduciendo tranquilo. Sales como una loca y p

iota —Mariana se agachó para ver la herida en

reírse en su cara, pero no lo hizo. Quiso acercarse, pero ella lo

, yo me quedo aquí —contestó escondiendo la

pero cuando iba a darle las gracias lo reconoció, era el culpable de todo. El hombre con quien pasó la noche, que

arlo, alguien tenia que pagar por todo lo que había pasado esa noche y pensó

por qué estabas en mi cama? ¿Quién

nero, pero dime ¿de quién fue la

lágrimas reprimidas y su enojo se esfumó dando paso a la duda ¿Cómo pasó todo? Tal vez ella había sido tan víctima como él, debía saber él motivo por el cu

acercó a Lucía quién peleaba con algunas personas que se llevaban los muebles que con tanto esfuerz

e hiciste yo iba a aceptar tener tu inmoralidad aquí, pues no. A

arrepentía de eso. Nadie de la cuadra quiso darle un cuarto en alquiler. Pensó en la persona que las podía ayudar. Branli daba las últimas instrucciones

no me dejes sola por favor no lo hagas.

ro problemas con Carlos, habló conmigo y

ué me h

o. Espero que esto te sirva —Dejó dinero en su mano. No más humillaciones Mariana vio aflicción en los ojos de su amigo fue entonces que se

a sus huesos sin contar con el clima del lugar que no favorecía en nada, empezó a lamentarse de todo hasta que recordó que las únicas

estuvieran pasando mejor que ella. Miró en la ventana y lo vio Carlos junto a una mujer a quien conocía muy bien la miraba desde arriba sus manos estaban en los

o cierto era que no deseaba vivir. Un hombre pedía limosna, tomó los últimos billetes que le quedaba y se los dio, para lo que iba a hacer no lo necesitaría odiaba la idea que ro

y cayó desmayada en plena calle. El agua corría debajo de su cuerpo, no sintió

Anterior
Siguiente
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY