img INEVITABLE  /  Capítulo 4 La llamada | 80.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 4 La llamada

Palabras:2649    |    Actualizado en: 26/04/2022

nsado y harto de tener que lidiar con los problemas que me había dejado mi padre y que había asumido con el único fin de proteger el futuro de Eric e Isabel. Ella no sabía nada y quería mantenerla

se en el intento y termine siendo la persona que más daño les había hecho y … culpaba al karma por ser una zorra que jugaba con nuestras vidas a

s que estaba, le pasé el testigo y la responsabilidad a la única persona en la que confiaba en el mundo y que sabía que no me iba a dar la espalda. Isabel asumió el cuidado de Eric y se convirtió en lo más impo

me jodía… pr

nicio duro y doloroso. Ella se ganó el amor incondicional de un adolescente agresivo y problemático con cariño y dedicación. Conquisto el amor puro de un niño que la miraba con un brillo de admiración y respeto cada vez que ella le sonreía o

racia y dignidad de las que yo carecía. Admiraba a Isabel como a nadie en el mundo y, aunque me enorgullecía de cada uno de sus logros me entristecía profundamente no haber sido testigo de muchos momentos puntuales de su vida. Lamentaba no haber visto

había visto en la obligación de hacer cosas que lamentaba y cruzar limites que nunca hubiera imaginado y por ello, detestaba con cada fibra de mi ser a mi padre. Lo det

sas, pero que ocultara

había perdido mucho tiempo en encontrarlo, y eso provoco más sufrimiento en mi hermano pequeño. Si hubiera descubierto mu

alternativas, pero llegaba al mismo resultado: Eric sufri

de todo, no éramo

haces

ierda y la voz de mi consciencia, la persona que en muchas ocasiones me había frenado de

on unos ojos negros penetrantes, que me facilitaba la vida y en muchas ocasiones había servido

on el ceño fruncido

rta giratoria — me vas a matar de un susto. Les dirigí un breve salud

empeñas en beber — espeto con una mirada picara caminando eleg

aba sin parar el botón del ascensor. Me miró

onrisa y ella resopla exasperada entrando

ucionar todo este desastre, me quiero jubila

s de brazos apoyándomelo sobre la puerta metálic

— y no puedo con este estrés que supone trabajar con

a semana, Tess? — pregunte socarrón

o podría sobrevivir ni

puertas se abrieron, pero Teresa apretó el botón de bloqueo

y el sonido metálico hizo eco en la oficina. Guarde silencio y me encamine hacia mi despacho con ella detrás de mí. Devolví los saludos con seriedad del personal que se encontraba por a

a pantalla estaba rota, intente

l— pense c

rro la puerta. Resople y me acerque al sofá negro y tire el teléfono con fuerza

y me quito mis mejore

ses. Debes controlar ese genio tuyo — murmuro con desagrado sentándose en el sillón frente a mí, me miro con pr

los enorme edificios que se extendían an

gundos, gire el cuello en círculos intentando liberarme d

nte — recordarme que Isabel no es mi mujer parece ser tu pasatiempo favorito. ¿Qué vas a

vanto y se acerco a la librería de madera y abrió un cajón— la ultima vez compre un móvil de repuesto, en caso de que volvieras a romper otro — novio la caja en sus ma

ltorio. Me sentí jodidamente aliviado cuando metí la pequeña tarjeta en el nu

manos, pero me levante rápidamente y me lleve el teléfono a la oreja

su me

eléfono? — me pasee por la oficina de un lado a otro con ganas de estrellar el dichoso aparato contra la pared al escuchar otra vez la voz robótica del buzón — llámala — le ordene a Teresa y ella sacudió la cabeza taja

ndo su móvil del bolsillo de

que mí desesperació

el altavoz y con cada timbre sentía que mi enfado aumentaba. Isabel sabia cabrearme cómo ninguna otra persona

n la estancia y cada parte de mi ser se relajo al escuchar

, este hombre se muere por hablar contigo, se muere por verte — dijo amablemente y yo baje

pie y me tape la boca con la man

que va a veni

eresa con suavidad

ere aparecer en mi vida. Quiero a alguien que quiera estar conmigo no que huya como siempre. ¡Me merezco a un hombre que luche por mí! — exclamo con emoción, cogí el móvil y quite el altavoz, me lleve el teléfono a la oreja

ón. He intentado hablar contigo cada día desde hace dos meses y me evitas o me rechazas las putas llamadas — me pase la mano por el pelo y me se

vida a que quieras estar conmigo. No puedo esperar toda la vida a que me quieras lo su

— cada parte de mi te ama, joder. Todo el puto desastre an

e no te creo? — in

un puño la mesa— ¡Por ti! cada puto día me levanto por ti. ¡Solo por ti! — tome aire porque sentía que me asfixiaba por el cu

esionando, pero necesitaba una reacción suya, necesitaba sus gritos, necesitaba sab

sta fue su silencio — no puedes decirme nada porque

más contigo, Alek —

—ordene, pero era más una suplica— joder, e

puesta que recibí

a co

ntrar las palabras para describir cuanto la necesitaba. No

ación agitada y me tome de un trago la bebida. Cerré los ojos

resencia, guarde silencio esperando su reprimenda,

camino la vas a perd

se— s

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY